Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

lunes, 14 de enero de 2013

QUIZÁS UN SUEÑO... EL CUATRIGÉSIMO...





Cerré los ojos buscando el aislamiento para mi mente. Había llegado el momento de recoger mi alma y meditar,  pero entonces el sueño rompió su propio letargo.

Silencios astutamente quebrados por mi propia vanidad, el desvelo para mi soberbia…

No siempre bañé mi inspiración en espejismos y lo que otros llamaron delirios, fueron reflejos de una realidad que solo a mi me pertenecía.

¿Te dije alguna vez que vivo rodeada de espejos?

En mi orgullo, soñé con todas las palabras y al final las convertí en una quimera donde mis manos desnudas de fe,  fueron eligiéndolas.

Sí, quizás cree un mundo de fantasía en el que podía volar,  pero no fue por azar y aún hoy no he encontrado la manera de posar mis pies sobre la luna.

EN EL FONDO, MIS POEMAS SOLO BUSCABAN RECONOCIMIENTO AUNQUE YO NO HAYA CONSEGUIDO CONTEMPLARME DEL TODO A MÍ MISMA.

Mi obra, mi trabajo, mi creación, yo…

Cerré los ojos buscando el aislamiento para mi mente y mi sueño mostró una parte de mí: un pecado manchado en violetas, la reflexión del orgullo y de mi propia vanidad.


2 comentarios:

  1. Quise, tan solo, cerrar mis ojos, buscar una tregua para mi alma, pero el sueño, astuto, confabulado con el silencio, quebró la vanidad innecesaria de mi soberbia. Los espejos engañan, se rompen, hacen daño incluso.
    El tiempo discurre, necesario. Nuestras faltas ahogan cuando la juventud queda vencida y tantas fabulaciones, aletargadas por la precariedad, vuelan una noche fría de viento no esperado.
    La vida,… soy yo. Lo sueños. Yo. Fantasía. Poemas, cuentos,… equivocaciones. Me pertenecen, soy, estoy y tengo el Don.
    Si alguna vez quedo postrado sin movimiento ni habla, apenas con un brillo de vida en mis cansados ojos, recordad, al menos, uno de mis trasnochados versos.


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  2. me encanta veo que eres bohemio

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Antes de nada: gracias.