En mi sueño soy capaz de deshacer cielos cubiertos de grises.
No es algo difícil para alguien que una vez permitió que la
más terrible tormenta estallara en su interior.
Sí, en mi gran hazaña, me convertí en un terrible y feroz leviatán
y di rienda suelta a toda la ira que albergaba mi mente.
¿Un delirio? Es posible, pero en mi arrebato no temí el castigo.
Hoy el cielo me teme pues con mi grito me gane su respeto.
¿Una locura? Es posible porque mi rabia no entendió de
razones.
Hoy el cielo me teme porque no existe piedad para los que una
vez sintieron tal despecho.
¿Una blasfemia? Es posible ya que perdí el respeto por lo que
creía y me convertí en hereje provocando a la deshonra.
Hoy el cielo me teme porque ya no sabe qué hacer conmigo… Y
en mi sueño soy capaz de deshacerle porque a estas alturas ya deberías saber
que cuando sueño y no sueño, sucede todo
como yo quiero…
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