Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

martes, 22 de enero de 2013

QUIZÁS UN SUEÑO... EL CUATRIGÉSIMO SEGUNDO...



En este sueño visto de gris por ti para que aprendas de una vez por todas que habrá un tiempo en el que los recuerdos sean simplemente eso, una parte de lo vivido, una parte de quién eres.

Soñarás con tu memoria y no sufrirás…

Hace poco abrí de nuevo el viejo álbum de fotografías. ¿Sabes? Me costaba reconocerme y mientras lo hacía, no dejaba de preguntarme qué estaría pensando.

Contemplé a una niña llorando, riendo,  por momentos enfadada, mientras se aferraba a la falda de su madre… Qué inocente era entonces.

Luego me encontré con una joven tímida, escondiendo sus sueños, sus sonrisas,  sintiéndose tan incomprendida, tan confusa… Entonces no sabía todo lo que le quedaba por vivir.

Y llegué a un tiempo no tan lejano en el que aquellos recuerdos plasmados en papel lo fueron todo. Hubo un viaje y muchos miedos porque aún no sabía quién era.

En este sueño visto de gris por ti porque aunque aún no he conseguido desprenderme de algunos instantes, mírame,  ahora soy yo la que hace fotografías…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Antes de nada: gracias.