Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

miércoles, 30 de mayo de 2012

QUIZÁS UN SUEÑO... EL DECIMOCUARTO. A dos manos.






De los sueños aprendí que uno no decide lo que sueña dormido, pero sí es libre para hacer de sus sueños una meta.

El miedo a veces se tiñe de amarillo haciendo tambalear mi confianza. Los días pueden doler y temer la luz del sol, mientras las noches se llenan de anhelos que no siempre se alcanzan.

Soñé con un campo de girasoles altivos que no temían la muerte, manteniéndose erguidos sin contar el tiempo. Y en la calidez de sus pétalos, me vi sumergida ansiando empaparme de su firme existencia.

Soñé con un paseo flanqueado por antorchas cubiertas de llamas mortecinas que anhelaban convertirse en estrellas,  cambiando así su sino. Y sin temer que se extinguieran con mi respiración, me fundí en la  senda trazada contemplando el cielo serenamente.

Soñé que mi vida se debatía en tristezas,  agotando segundos de un alma que moría por miedo a la luz. Y sin temer cambiar mi rumbo,  gané la partida a la esperanza pero entonces,  ya estaba despierta y el calor inundó mi ser formando un halo que nunca me abandonaría.

Aquella luz  fundió mi sueño y mi realidad en una sensación tan intensa que hoy, a pesar de mi oscuridad, solo a mí me pertenece.

Y en mi dormitorio... girasoles...

martes, 29 de mayo de 2012

QUIZÁS UN SUEÑO... EL DECIMOTERCERO






Esta vez,  en mi sueño, rocé la más bella inspiración en  un perfume de oro, en una rosa amarilla que deshojaba ante mí fragantes pétalos con sabor a miel.

En la tentación,  degusté el néctar,  la armonía de un atardecer  que moría dulcemente mientras mi alma, seducida, componía solo para ti.

En una ocasión mis ojos, completamente perdidos en el suave pergamino de tu piel, comprendieron  que no necesitaba de musas pues el soplo, orgulloso, brotaba de mí y la brisa no me arrebataría la esperanza porque conocía mi historia.

Aún así, alimenté mi pasión en la perfección de un beso, renunciando a la lucidez, muriendo en cada una de tus caricias.

Y sin embargo,  nunca fui más consciente de mi fracaso.

Antes de despertar, de abandonar aquel paraíso,  encerrada en el  ámbar, grité mi obra con valentía,  sin derramar lagrimas.

Ahora sé que hasta en mis más soberbios sueños,  no dejo de ser yo misma y hoy los pétalos derramados en mi lecho, solo portan mi perfume. 

lunes, 28 de mayo de 2012

QUIZÁS UN SUEÑO... EL DUODÉCIMO.






Me sentí desamparada sin el abrigo de mi sueño.

En mi desvelo,  lleno de penumbra, repudié, amé el amanecer que nacía en mí y cerré los ojos en un intento de recuperarlo. No pude.

Por fin podía contemplarte y aunque estabas de espaldas a mí,  supe que sonreías.

Yo  que siempre añoré los crepúsculos,  no negaré que mi quimera se llenó de nuevo de la luz del sol.

Amanecía y mientras el día trataba de imponerse, te vi caminando en un horizonte manso.

Pude elegir quedarme en las sombras de la luna.

Pude elegir convertir aquel comienzo en un ocaso sin fin.

Pude elegir deshacer la aurora con mi plumaje negro…

Y sin embargo, como una niña impaciente, corrí tras de ti en un intento de alcanzar tu mano.

Me deshice de mis alas negras y sintiendo la tierra en cada paso, en cada latido, afronté sin miedo el calor que nacía en mi piel.

Hubiera entregado mi vida en aquel sueño, pero aún estoy aprendiendo a vivir sin sombras…

domingo, 27 de mayo de 2012

QUIZÁS UN SUEÑO... EL UNDÉCIMO.






Sigo soñando con otoños…

Temí que llegara el invierno y que se desvaneciera la imagen que  atesoré en mi interior convirtiéndola en uno de mis más bellos recuerdos.

Durante años, al cerrar mis ojos, volvía a contemplar aquel paisaje, evocando un sentimiento de libertad, reviviendo un amor por el que atravesé el cielo hiriéndome de lunas para romper la distancia, mientras mi mano se desangraba en cartas. Escribí tantas...

Abrazada a la añoranza de aquella libertad que nunca tuvo límites, me quedaba dormida y me convertía en mis sueños en un artista. 

Como un pintor seducido por la rebeldía de un instante, me envolvía en el rojo, en el verde y en aquel ocre tan lleno de mí.

No importó que el viento frío me amenazara  porque en todos los otoños soñados siempre aparecía el sol concediendo la templanza a mi piel. Aún lo hace.

En aquellos sueños me veía a mi misma respirando, llenando mi alma de una vida que creí eterna y que después se convirtió en nostalgia.

Ahora despierta concedo la eternidad a mis sueños, a la libertad  que solo a mi me pertenece y me hace sentir viva...

" Siempre eterno... 12 de octubre de 1998..."


martes, 22 de mayo de 2012

QUIZÁS UN SUEÑO... EL DÉCIMO.






Siempre vi en el color azul mi memoria, mis recuerdos, la profundidad de mis pensamientos, las lluvias pasadas, el mar… Y mis sueños más hondos fueron testigos de parte de lo vivido. Aún lo siguen siendo.

El mar…

De nuevo, vestida de blanco caminé por su orilla llena de la inocencia de quien confió ciegamente en su alma.

No me importó que las olas besaran mis encajes y que la brisa alborotara con ternura mis cabellos, pues sobre mí, a pesar del engaño, el cielo escribía mi propia historia.

¿Pensaste que era yo?

No me dolió la soledad de aquel instante pues alumbrada por su eterna magia, en la evocación más sublime, rogué a la luna por mi regreso.

… Y el olvido se deshizo en suaves caricias sobre mi piel clamando por el deseo enredado en mis labios, aquellos que guardaron tan bien su secreto.

Sí,  fue el olvido el que venció las horas marchitas reflejando en aquel océano de sueños mi verdad: que aún dormida estoy despierta pues mis ojos no dejaron de contemplar lunas azules…

… Y despierta sigo soñando…

QUIZÁS FUE UN SUEÑO... EL NOVENO








Envuelta en la profundidad del sueño, no fue tan difícil,  esta vez,  saber que era él.

A veces me cuesta tanto reconocerle que incluso llego a plantearme en mis desvelos si de verdad existió y formó parte de mi vida.

En silencio, con lentitud, enteramente mojado, extendió sus manos hacia mí.

Frente a mi lecho, me llamaba sin pronunciar mi nombre.

No me importó estar desnuda y dejándome llevar confié en su lluvia y las paredes de mi dormitorio desaparecieron.

Caminé hacia él intentando recordar su mirada y al alcanzarle pude percibir con dolor el leve roce de las yemas de nuestros dedos; tan solo una caricia antes de que el agua fría comenzara a resbalar sobre mi piel hiriéndome de muerte, alejándome de los anhelos.

Se había desvanecido.

Busqué su voz arañando  cada gota.

Temí perder en mi sueño su recuerdo pero antes de que se agotara, antes de despertar, transformé aquella lluvia en tinta azul con la que escribí,  sobre mi piel,  un cuento y esta vez sí tuvo final.

Tal vez solo fue eso, un sueño y hoy ese cuento lo escribo con otra tinta…

jueves, 17 de mayo de 2012

QUIZÁS UN SUEÑO... EL OCTAVO







Como un ladrón oculto en sombras he sentido muchas veces como el temor asediaba mi lecho,  pero nunca nada ni nadie consiguió  arrebatarme aquel sueño porque en el vencí todos los amaneceres que un día se tiñeron de oscuridad.

Descubrí que la sabiduría se sueña y junto a ella la verdad a veces se muestra de un azul casi transparente. Pero también aprendí que cerca del límite de la sinceridad,  existen mentiras azules que hieren.

Ayer…Ayer soñé de nuevo.

Llevo días sintiendo como mis sueños me advierten del engaño,  pero no los escuché porque siempre confié en la magia de mi quimera con los ojos completamente abiertos, porque era yo y nada ni nadie podría hacerme otra vez daño.

No. No permití que ningún hechizo, salvo el mío propio, guiara mi vida consciente y ahora descubro que no sé si lo logré.

Una vez vencí  el amanecer de mis soledades dibujando una sonrisa.

Hoy mi amanecer se llenó de nuevo de lágrimas…

Es difícil alcanzar el sosiego cuando en la oscuridad tus ojos se resisten a entregarse de nuevo a un sueño. Pero yo decidí hacerlo porque a pesar de las lágrimas ¿Qué sería de mí sin mis sueños?

Sí, es difícil ser una soñadora cuando, rodeada de luz, todo parece un espejismo. Pero llevo tanto camino recorrido que ahora no me daré por vencida porque hasta despierta sé cuál es mi verdad…

MI VERDAD ES MI SUEÑO…

sábado, 12 de mayo de 2012

HOY CASI CUARENTA AÑOS MÁS TARDE... ANA.




Hoy casi 40 años más tarde… Ana.

Tic, tac, tic, tac…

La verdad es que estos días he estado pensando que a lo mejor mañana cuando me despierte tenga ganas de meterme en un agujero y compadecerme de mi misma repitiendo una y otra vez “DIOS MIO TENGO 40 AÑOS” jajajajajajajajaja. Y es que a veces me encanta regodearme en mis penas.

Pero qué curioso que durante estos mismos días de meditación profunda, me he estado despertando feliz y no sé si será porque por fin la madurez ha llamado a mi puerta (bufffff espero que no) o porque al mirarme el espejo me he visto divinísima de la muerte (venga vale, no tanto que cuando me despierto tengo unos pelos que asustan al miedo).

Sea como sea, he estado pensando que joder 40 no suena tan mal… ¿Qué hubiera sido de Alibaba sin sus cuarenta ladrones?  Vamos, que creo que es hasta una edad bonita que marca el comienzo de otra década que seguro me sorprende tanto o más que las anteriores.

Es más, ésta no la podré empezar de una manera mejor, rodeada de casi toda la gente a la que quiero y que encima me quieren por ser quien soy, así sin más y que se mueren de ganas de tirarme de las orejas (me las van a dejar mininas).

Sí,  estos cuarenta que han pasado no han estado nada mal… Y si me pongo a pensar en cómo me veo hoy tengo que decir orgullosa que sigo siendo aquella niña que se acostaba leyendo cuentos y que un día descubrió que leerlos todos le llevaría más de una vida; también sigo siendo aquella universitaria que soñaba y descubrió unos ideales que la siguen inspirando porque no le da la gana conformarse con un “esto es lo que hay” (es que soy muy cabezona coño). Vale, también sigo siendo esa chica del face que de vez en cuando suelta sus palabrotas. ¿Por qué? PORQUE ME ENCANTA y me gusta la naturalidad a la hora de hablar, incluso de escribir… ¿A qué todo el mundo entiende las palabrotas?

Y sí, sigo sonriendo y llorando porque estoy viva y siento; y me siguen gustando los buenos libros, las buenas películas, los buenos polvos, escribir… (joder quizás no en ese orden jajajajajajajajajajaja), PERO SOBRE TODO SOÑAR…

El año pasado me hice una promesa a mí misma: El día que cumpliera 40 años mi vida tenía que haber cambiado…

¿Ha cambiado? MUCHÍSIMOOOOOOO.

Como todos los años ha habido cosas buenas y malas, pero casi al final de mis 39 años puedo decir que hoy me quedo con las buenas porque me han llenado enormemente y que tengo que dar las gracias a los que habéis estado acompañándome en las malas, apoyándome en mis decisiones, dándome fuerza y cariño.

También tengo que dar gracias a las personas que habéis entrado a formar parte de mi vida y aquellas con las que me he reencontrado después de muchos años. Y por qué no también a las personas que por unas circunstancias u otras ya no estáis...

Y sí, siguen entrando personas nuevas…

Me emociono…    
                                  
Siempre digo que escribir sobre mí es lo más difícil que hay, aunque siempre se escape algo en mis cuentos.

Pero hoy casi en esta pequeña recta final pinto una sonrisa en mi rostro, porque sigo siendo una buscadora de sonrisas aunque a veces me olvide de la mía. Sí hoy y mañana serán dos días llenos de sonrisas que os dedico a todos los que de una manera u otra estáis…

(Para ti, también... aunque hoy no puedas estar)

ASÍ QUE SÍ, YA ESTOY PREPARADA PARA CUMPLIR 40 AÑOS Y TODOS LOS QUE VENGAN DESPUÉS...

UN BESAZO ENORME A TODOS.


martes, 8 de mayo de 2012

QUIZÁS UN SUEÑO. EL SÉPTIMO.






Las paredes se llenaron de pájaros azules, de una infancia que no quedó en el olvido.

Aunque,  en mi sueño, me pareció escuchar sus trinos, aquella ya no era mi casa y en su hondo vacío mi respiración los aniquiló.

No, ya no quedaba nada, tan solo las ventanas.

Quise apoyar mi mejilla sobre el cristal, deseé contemplar con aquellos ojos las horas desdibujadas, pero ni siquiera reconocí aquel parque, ni aquellos niños.

No, el sueño esta vez no me concedió el eco de aquellas risas con sabor a vainilla y aquellos pájaros se transformaron en mentiras azules que sujetaron durante, no sé cuánto tiempo,  las nubes en las que me sentí feliz.

El engaño del maldito, sin su lámpara, sin su unicornio, sin su magia. Sí,  me dejé engañar.

No sé si entonces me sumergí en un océano o en el interior de una botella o tal vez fue en tus ojos, pero busqué algo en lo que hundirme y desaparecer. Quería despertar, abandonar aquella casa en la que ya no quedaba nada mío.

Pero a estas alturas ya sabes que mis sueños son extraños y fue curioso porque al abrir los ojos me convertí en  nube y mi sueño se lleno de mí.

jueves, 3 de mayo de 2012

QUIZÁS UN SUEÑO. EL SEXTO.








A pesar de ese lamento incesante de mi alma que parece que no deja de sangrar oscuridad, ayer, casi dormida,  invoqué una guerra para matar los recuerdos. Sin embargo,  me olvidé que siempre me declaro perdedora de mis propias batallas y asumiéndolo, llena de paz,  mis sueños se tiñeron de azul.

Fue un silencio, el más puro, un cielo en un amanecer sin cicatrices y al fondo un bosque nevado. Un invierno conocido y lejano… La ilusión que envolvía con su magia un tren.

Abrí lentamente los ojos y mi mirada se perdió en aquel horizonte lleno de juventud. La tuya, se perdió en mí.

Dicen que hay sueños que atrapan los recuerdos y los convierten en momentos perpetuos que se repiten aún sin darnos cuenta.

Despierta, dormida, supe que no existió quizás un momento tan perfecto. Lo contemplé a través de esas gafas que últimamente siempre me acompañan y quise fundirme en él, volver a contemplar la vida a través de aquella joven tan llena de emoción.

De pronto escuché una melodía profunda, tanto que hirió los años y ahogó las risas en una taza de café amargo. Pero aún así me dejé llevar por sus acordes mientras el paisaje desaparecía.

Busqué…

Busqué en mi sueño aquel tocadiscos viejo para escuchar de nuevo en él las notas de mi vida, pero en mi vacío azul solo encontré un reloj.

Dormida, despierta, supe de nuevo del engaño del tiempo y comprendí que a pesar de existir instantes eternos anclados en el pasado, existen otros por descubrir que vuelan rápido atravesando los recuerdos.

Y entonces, abrazada a mi reloj, decidí volar…