Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

domingo, 27 de mayo de 2012

QUIZÁS UN SUEÑO... EL UNDÉCIMO.






Sigo soñando con otoños…

Temí que llegara el invierno y que se desvaneciera la imagen que  atesoré en mi interior convirtiéndola en uno de mis más bellos recuerdos.

Durante años, al cerrar mis ojos, volvía a contemplar aquel paisaje, evocando un sentimiento de libertad, reviviendo un amor por el que atravesé el cielo hiriéndome de lunas para romper la distancia, mientras mi mano se desangraba en cartas. Escribí tantas...

Abrazada a la añoranza de aquella libertad que nunca tuvo límites, me quedaba dormida y me convertía en mis sueños en un artista. 

Como un pintor seducido por la rebeldía de un instante, me envolvía en el rojo, en el verde y en aquel ocre tan lleno de mí.

No importó que el viento frío me amenazara  porque en todos los otoños soñados siempre aparecía el sol concediendo la templanza a mi piel. Aún lo hace.

En aquellos sueños me veía a mi misma respirando, llenando mi alma de una vida que creí eterna y que después se convirtió en nostalgia.

Ahora despierta concedo la eternidad a mis sueños, a la libertad  que solo a mi me pertenece y me hace sentir viva...

" Siempre eterno... 12 de octubre de 1998..."


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