Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

lunes, 30 de julio de 2012

QUIZÁS UN SUEÑO... EL VIGÉSIMO NOVENO...






Dime ¿Quién de tus sueños es dueña?

Soy morena y mi pelo castaño y rizado lo anuncia… no podría ser más de tierra.

Y en mi tierra me muestro desnuda, soñando su calor,  mientras mi piel se convierte en canela.

Yo, yo soy la dueña…

Y aunque no dejo de soñar, ni siquiera despierta, soy terca, no me prodigo en falsas quimeras.

De la luna y de las noches soy esclava pero del sol y de mi piel, prisionera. No su luz no me ciega.

Yo, yo soy la dueña…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Antes de nada: gracias.