Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

miércoles, 20 de febrero de 2013

SOBRE LAS DISCUSIONES...



No sé quién se inventó la frase de que la mujer es un hermoso defecto de la naturaleza, pero tengo muy claro que fue un hombre que como casi todos cuando quieren iniciar una discusión, primero te halagan y luego te… ¿Te sacan de tus casillas?

Porque si algo es cierto es que el hombre y la mujer discuten. Será porque como dijo Noel Clarasó, el hombre solo puede hacer dos cosas duraderas con nosotras: o discutir o casarse. Por eso creo que ahora se celebran menos bodas, porque la discusión siempre es algo irresistible pero no siempre acaba bien.

Para mí, la discusión es como un debate en el que se intercambian puntos de vista contradictorios; una especie de combate en el que cada uno intentará ganar imponiendo su razonamiento. Sí, cabe la posibilidad de perder pero eso es lo que lo hace aún más interesante.

Dicen que las mujeres somos fuente de más discusiones y yo no voy a ser quién diga que no (es que hoy no me apetece discutir) pero si es cierto que creo que tanto hombres como mujeres llevamos muy mal perderlas, porque a veces dejan de ser simples debates y se convierten en luchas a vida o muerte en la que cada uno empleará el arma que más duela a su contrincante. En esas ocasiones se utilizaran frases tipo como “Si es que todas las mujeres sois iguales” o “Si es que todos los hombres sois iguales”… y por supuesto se recurrirá al pasado trayendo recuerdos que siempre decimos que hemos perdonado pero que no hemos olvidado, los famosos “trapos sucios”. Ese debería ser el momento de que uno de los dos se retirase y se fuese a dar una vuelta, pero claro pocos lo hacen, no entendiendo que a veces una retirada a tiempo no supone ninguna derrota.

A veces pienso que cuando discuten dos personas sean hombres o mujeres con hombres o mujeres, deberían hacerlo delante de un juez imparcial que los moderase. Haciéndolo así, se evitarían muchos malos momentos pero, claro,  ponte a buscar a alguien imparcial en estos días en los que la justicia y la equidad están tan cuestionadas.

Y aunque algunas duelen, seguimos discutiendo… y hasta por la cosa más tonta, por malos entendidos, por celos (de los celos podemos hablar otro día), por otras personas, por tu perro, hasta por lo que pusiste ayer en el facebook…

“Erase una vez un hombre y una mujer que nunca discutían…”

Pues vaya rollo de cuento, Ana, porque a ti sí que te gusta discutir y si te encontrases en tu vida, a unas personas así seguramente te aburrirías con ellas. Sí, la verdad es que te encanta que la gente tenga opiniones diferentes a la tuya. Aunque hay que reconocerlo, no eres de las violentas, excepto en tus cuentos, en los que a veces prefieres cargarte al hombre que enfrentarle a la mujer porque sabes que a lo mejor el hombre no era tan malo, ni la mujer tan buena y prefieres que otros cuestionen tu final y lo cambien  si quieren.

“Erase una vez una mujer que pensó en escribir sobre mujeres y… “

1 comentario:

  1. ¡ A mí no me vuelvas a dirigir la palabra! ¡Pringá! Con toda la educación y buen trato que me consta a vuestro género. ¡ Así me pagas!
    La mujer es mala porque el libro primero de la Biblia ya concluye. Interés, mejor vida. Resultado: Condenado al trabajo, a las colas del paro y si hay arrepentimiento, a la paga mensual por orden judicial.
    Digo yo: Mejor una amiga con derecho a roce que una esposa enganchada a la TV hasta las tantas de la madrugada.
    Hizo Dios a la mujer para que el hombre no estuviera solo. Menuda faena. La manzana tentadora, los dos vástagos en discordia... MUJERES... solo si admiten roce.

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Antes de nada: gracias.