EL CUENTO Nº26 DE LA LUNA OSCURA: VENUS Y LA LUNA

Cuenta una leyenda, que en una de las primeras noches del tiempo la luna, en su viaje, se encontró en mitad del cielo un gran espejo negro con marcos dorados.

A pesar de su asombro, pues nunca antes lo había visto allí, no pudo evitar la tentación de acercarse y contemplarse en él.

Pero al hacerlo, no vio nada, ni siquiera su reflejo.

Extrañada, pensó que aquello era otra burla de la cúpula para marcar su destino solitario, porque ella sí se había visto reflejada en el agua de la tierra y en muchas estrellas, en los ojos de quien la miraba y en el alma de quienes la sentían.

Durante muchos días, con esa incertidumbre, visitó aquel lugar pero siempre con el mismo resultado. Hasta que una noche despertó con su nostalgia y al pasar cerca, vio un pequeño resplandor, del mismo color que su piel.

Al fijarse bien en él, contemplo parte de su amor derramado, y de aquel espejo brotó un latido.

Otro día, despertó con el deseo de pisar la tierra y de sentir la vida, y al contemplarlo, el reflejo adquirió un cuerpo, parecido al de ella misma, pero quizás más hermoso.

Deseó ser mujer, y aquel cuerpo se lleno también de su esencia escondida. Y el espacio entero olio a ellas. Nunca antes el aroma de la noche se lleno de tanta sensualidad.

Pero en el fondo, la luna supo que la imagen no era ella, y que la que contemplaba era otra dama diferente pero con casi todos sus deseos.

La vio nacer, y crecer a su compás, descubriendo que lo hacía en señal del respeto por su creadora. Y, al final, la luna, la quiso.

Sintiendo como su tristeza por estar encerrada latía en aquel cristal del color de la noche, quiso liberarla, acercándose a ella para tocarla mientras pronunciaba el nombre que había soñado.

Al hacerlo, en el bautismo, el cristal se rompió liberando a Venus. Y estando las dos frente a frente, la luna deseo el abrazo, pero entonces la cúpula volvió a marcar su destino impidiéndoselo y alejando a Venus, quien feliz por la nueva libertad comenzó su viaje llena de todos los deseos regalados.

Aunque pueda parecer triste esta leyenda, tendréis que saber que hay noches en las que La luna y Venus se encuentran de nuevo e iluminan el cielo en la conjunción más hermosa de las dos damas.

Y en el encuentro, a pesar de la distancia que las separa, el deseo de venus a la luna creadora: "Ojalá alguien también rompa tu espejo".