Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

lunes, 16 de febrero de 2009

LO SE PAREZCO LA MUJER DEL TIEMPO








Bueno vamos a ello.


Hoy ha sido un día lleno de sol, otra vez.


Lo sé, parezco la mujer del tiempo, pero que le voy a hacer. Si es que lo primero que hago cuando me levanto es mirar por la ventana a ver qué día me espera.


Hace un par de años llovió y mi corazón se desgarró con cada gota de lluvia. Así que cuando llueve, nunca cojo el paraguas, aunque voy con cautela. Sobre todo si no sale en todo el día. Entonces intento por todos los medios ocupar cada segundo del día para no tener que pensar. “Siento la lluvia fría, y como sus gotas congelan mi alma”



Y sin embargo, es curioso, me enamoro con cada tormenta de verano. Así que si es verano y llueve, sé que será un día lleno de sensualidad y desearé que llueva, y que el agua moje mi piel. Y mi enamorado que se prepare, porque estallaré con los truenos, y me deseará con cada relámpago. Así de grande es mi sensualidad cuando me mojo por culpa de esas tormentas que tanto me gustan. “Tormenta de verano, estalla en mi, moja mi piel, y deja que él me vea”



El viento. Me aturde y, a veces, me da miedo, sobre todo cuando sopla fuerte y yo estoy sola en mi cama. No sé por qué, todavía no le he encontrado explicación. Poner algo de música suave entonces, me calma. Pero cuando me pilla fuera de casa, intento no pensar en él, aunque me empuje y me arrastre, pero es difícil no pensar. “Viento, para, no me asustes”





Y sin embargo, me encanta la brisa del mar; sentirla en una mañana temprana sobre mi cara, acompañada de una taza de té, puede ser un momento de inspiración segura. “Sentí la brisa y no pude parar de escribir”



De la nieve, podría contaros mil cosas, como mi último viaje a Rumania cuando paró el tren en la estación de Brasov, y contemplé uno de los paisajes más hermosos que he visto lleno de abetos enormes de plata. También podría deciros que tan solo hace unas semanas hice un muñeco de nieve, porque aunque es raro que nieve en Madrid, este año ha nevado mucho, más de lo que yo recordaba. La nieve es también alegría, a pesar del frío. “Vi la nieve y me sentí más blanca que nunca”



Sin embargo, la niebla no me gusta, me angustia no poder respirar, y con la niebla no lo hago. No veo, casi no siento, no respiro. Prefiero no recordar la niebla. “Sentí la niebla y no me vi”

Pero es el sol, y el que me conoce ya, lo sabe, el que me da la energía. Aunque también hubo días de sol tristes, pero esos los trato siempre de olvidar. Y del sol, jolines del sol ya te hablé. “Soy la luna, pero el sol me da la vida”.

Bueno pues al final he terminado la entrada de hoy, ahora a buscarle un título, una foto, una canción.

Me está empezando a gustar esto de escribir y que me leas y que me leais.

Besos de sol, aunque ya sea de noche.



4 comentarios:

  1. Hola Ana! La verdad que te diré que casi todos tenemos una química distinta con el tiempo. Por ejemplo yo le temo terriblemente a las tormentas de verano! pero cuando la brisa me da en mi cara me eleva a lugares insospechados en mi imaginación y también en mis fantasías.
    Somo todos humanos del tiempo
    Un beso
    Noe

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  2. ¡Qué distintos somos!Pero...nuestras diferencias permiten que todos los días tengan admiradores. A mí me encanta la lluvia, sentir esas gotitas en mi piel y preguntarme ¿de qué mar venís? Hoy, precisamente, he estado explicando a mis alumnos el ciclo del agua; les he contado una historia de una gotita traviesa que se escapó de su mar.¡Sus caritas miraban sorprendidas cuando la protagonista de la historia, tras recorrer cielos y tierras, volvió a su lugar de origen! Me gusta imaginarme cuántos caminos habrá recorrido la que a mí me emociona.

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  3. Mari y Noe sois un encanto, desde luego que sí.

    Y estoy totalmente de acuerdo con vosotras, cada una siente el tiempo a su manera. Esa diversidad me gusta.
    Gracias por compartir vuestras sensaciones conmigo. Es un placer.

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  4. Me gusta la lluvia pero verla caer desde mi ventana, pero poco tiempo porque soy de esas personas que necesitan la energia de los rayos del sol, no me gustan para nada la niebla, y la nieve pues lo mismo la disfruto detras de una ventana con un buen fuego a ser posible una chimenea.
    Con cariño
    Mari

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Antes de nada: gracias.