Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

lunes, 9 de febrero de 2009

La Necesidad.


Siento la necesidad de comunicar algo a alguien, pero no sé a quién.

Algo que está dentro de mi, que aprisiona mi modo de pensar, mi modo de ser.

Algo que no se explicar muy bien pero que está aquí, junto a todo lo que soy.

Y es este el momento que he decidido para revelarlo.

Porque es eso, una revelación extraña. Es en este preciso momento y no en otro. Y es esto lo que me produce un deseo.

¿Te ha pasado a ti alguna vez?

Es como el deseo de gritar al pie de un acantilado, de exponer tu ser en un grito de comunión con el aire.

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