Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

domingo, 15 de febrero de 2009

DEDICADO A LINA, EN SU CUMPLEAÑOS.




Hoy, mi madre cumple 64 años, y es tan joven (me gustaría que la vieras).

A su edad, como todos los que la tienen, ha pasado por mucho en su vida (quizás por demasiado), pero lo lleva con entereza, elegancia y alegría, sobre todo alegría.

No se si lo sabe, pero es mi mejor amiga, sin duda alguna, y, aunque siempre le gusta permanecer en el anonimato, así de modesta es, sin darse cuenta deja huella en las personas que la conocen ( en mí la más honda, o a mi eso me lo parece).
A veces, se enfada conmigo. Es la única, entonces que me llama Ana Isabel.

Recuerdo cuando era pequeña y me decá "Ana Isabel, ven aquí". Madre mía lo primero que pensaba era "Dios, a ver qué he hecho esta vez".
Ahora me hace gracia. Aunque, no te creas, todavía me llama Ana Isabel, pero de verdad que intento que no me lo tenga que llamar.

Últimamente, no nos vemos tanto como se que a ella le gustaría, pero es que durante casi cuatro años hemos sido la una para la otra como un bastón. Y ahora que no estamos tan solas, nos hemos tomado unas pequeñas vacaciones. Así luego cuando tengamos que volver a estar juntas tendremos más cosas que contarnos.

Pero que hablamos todos los días..., a ver qué te has pensado. Nos lo cotorreamos todito todo (vale, vale, todo no se lo cuento, jolines que es mi madre).

No me cabe la menor duda, le daría mi existencia si ella me lo pidiese, o sin pedirlo, la necesitase, y no es un decir, porque ella es mi pilar de vida, y no porque me la haya dado, porque como dice ella "No se es más madre por parir". Sólo conocerla ha sido el regalo del que estoy más agradecida y la vida se me hace poco para ella.

Me gusta cuando habla y no para de hacerlo, y cuando me río con ella, y entonces no paramos las dos.

Pero lo que más me gusta es el orgullo que siento cuando la gente que la conoce me dice "Qué madre más chula tienes". Y es que lo es y tengo esa suerte.
Otro recuerdo de mi infancia. Ahora me viene a la mente, cuando de niña, y no tan niña, venían amigos a casa a verme, y al final parecía que habían venido a verla a ella, y nos los pasábamos genial.

El año pasado, en el hospital (no digo cual, pues tuvimos que ir a varios, y en todos paso lo mismo), tenías que haberla visto, como a pesar de nuestro mal momento, sacaba, no se de qué parte de su interior, animo para otros enfermos y sus familias, cuando había días que eran difíciles de enfrentar para nosotras.

¿Y lo que ha aprendido de términos médicos? Con eso, a veces, nos reimos mucho. Entre las dos podríamos escribir un manual de concetos médicos extrañísimos de gra ayuda para los que son novatos en los hospitales. Quizás algún día lo hagamos.

Fueron días de estar muy solitas, pero ahí estábamos, y, nuestros cafés, malísimos de máquina, de nuestros mejores momentos.

Incluso en esos días tan dificiles, tratábamos de encontrar momentos para reír.

Mamá vamos a reírnos un poco, otra vez: Qué malito estaba papá, y que pedazo de bocadillos de calamares nos metíamos entre pecho y espalda (eso que no teníamos hambre....).
Así es mi madre, y así soy yo, en parte como ella, hasta de los peores momentos hay que sacar algo positivo, algo que nos haga reír, porque a veces de la risa se sacan fuerzas.

¿Quieres hacerla feliz? Regálale bombones, caramelos, piruletas, no le hace asco a nada dulce. Es una golosa de mucho cuidado (sí lo eres mamá y quién te conoce bien, lo sabe).

Si es que disfrutas más que los niños con un martillo de caramelo entre tus manos, y cuánto más grande, mejor.

¿Un libro? Tampoco le viene mal, se lo lee todo. Y con las películas pasa lo mismo. Ayyyy mamá, que sentimentales somos, como dices tú "de lagrima fácil".

Bueno que quedan muchos cumpleaños por felicitarte, y si lo cuento todo ahora de ti, no sé que voy a contar el año que viene.

Que te quiero mucho, y lo sabes tonta.

Y que me alegro de compartir tus días y poder darte un beso muy fuerte, y todo el cariño de una hija en él.

FELICIDADES.





2 comentarios:

  1. Me has dejado tocada con este homenaje que haces a tu madre, la mia hace tiempo que ya no esta conmigo y esto me lo ha recordado, aunque siempre la llevo en mi corazon.
    Con cariño
    Mari

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  2. gracias por pasar por mi loco rinconcito , un saludo y recuerda que la puerta esta siempre abierta

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Antes de nada: gracias.