Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

viernes, 29 de enero de 2010

EL CUENTO Nº61 DE LA LUNA OSCURA. UN VIAJE POR EL ALMA. ENVIDIA.




La siguiente noche la luna despertó junto a un mar pintado, dejándose llevar por aquella envidia, en momentos olvidada, al contemplar aquel amanecer y aquel sol que cada día luchaban contra la oscuridad, para imponerse en la vida y compartirla en colores que a ella le estaban casi negados.

Tratando de acariciar los trazos, recordó la gran puerta abierta a un océano pasado, desde la que un joven esbozaba con sus pinceles la luz. Cuánta emoción experimentaba cuando cerca del amanecer le veía dibujar sombras. A veces, antes de quedarse dormida, soñaba con esconderse en ellas para acariciar las barcas y saberse más cerca de la sal impregnada en esas pieles llenas de calor.

Pero entonces era el momento del sol, y cuando aquel joven por fin le dio el lugar merecido, no pudo evitar ambicionar aquel lugar, llenándose de celos por todo lo que su rival podía alcanzar y que a ella se le negaba.

Así dejó al joven pintor, aunque a veces en su huida diaria le oía descubrir los óleos y se llevaba su fragancia a su oculto rincón. En la distancia supo de sus cuadros que, en noches como aquella, visitaba a escondidas aunque la llenaran de cierta amargura.

En el final de cada uno de sus días, hubo amaneceres en los que a lo lejos se encontraba con aquel rey de luz cegadora que conseguía hacer palidecer su oscuridad, pero ambos se daban la espalda cumpliendo así el designio impuesto.

Pero también hubo auroras en los que la palidez de la luna conseguía imponerse y en los que ambos prácticamente se acariciaban y en uno de ellos mientras sentía como su calor conseguía alcanzarla sintió un susurro “TE ENVIDIO LUNA, REINA DE LAS NOCHES”.

Quizás fue sólo una impresión, un recuerdo inventado, pero aquella noche contemplando aquel cuadro de su viejo amigo, sintió en su orgullo como los colores comenzaban a cambiar mostrando la hermosura de sus noches. En un guiño se sintió cómplice de su oscuridad y rogó porque pronto volviera a encontrarse con su eterno y distante rival porque quizás era cierto que él también pudiera envidiarla.


9 comentarios:

  1. no me cansare nunca de decirte lo mucho que me gustan tus relatos, un besito niñaaaa

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  2. Peasso relatoooo...además de ser de una sencillez que lo hace mejor aun...Envidia???

    http://www.youtube.com/watch?v=1rt4YTy4g9g

    Besazos compi...

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  3. Luna, Reina de la noche, qué bonito....

    Besitos dulces

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  4. y con la pedazo de luna llena que estoy viendo hoy...quien no le tiene envidia?... me pierdo en tus relatos... y disfruto guapísima

    Un beso enorme, con muchísimo cariño!!!

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  5. HOY AL VER LA LUNA LLENA MÁS HERMOSA ME ACORDÉ DE TI Y DE TUS HERMOSOS CUENTOS... LINDO MI NIÑA¡¡¡¡

    MUCHOS BESITOS DE LUNA LLENA:-****

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  6. Precioso relato, hoy luce en la noche de mi ciudad una luna grande llena de plata y no he podido evitar recordarte, observandola me he dicho:
    ¿Que cuento le contaria ella a esta luna de plata?...
    Buen fin de semana.
    Saludos!

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  7. Hola cielo que maravilla de verdad se que siempre te lo digo pero es asi unos cuentos divinos el de hoy ya se sale me encanto
    un beso corazon y feliz fin de semana

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  8. Sabes?? Hoy iba caminando a las 6:30 de la mañana y ví el brillo de la luna...me iba acompañando. Por eso ha sido musa de tantos poetas, escritores y compositores. Es la redentora de los enamorados, la amiga fiel y callada de los desolados...por eso la envidia se le manifestó pero la luna sigue erguida en la obscuridad de la noche porque es eterna...es un regalo de Dios.

    Besitos, Ana!! me encanta leerte.

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  9. Excelente el cuento que nos acercas, siempre es un placer visitar y compartir tu espacio.

    Cálido abrazo.

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Antes de nada: gracias.