Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

miércoles, 29 de febrero de 2012

LOS RELATOS DEL FUEGO 6. SI ME CONDENARAN A LA HOGUERA...





Que me condenen a morir en la hoguera de mis propios cuentos que no imploraré por la salvación de mi fe, ni suplicaré el perdón por mis palabras. Pues aunque me rodeara de pecados y jugara con ellos,  con dignidad confesé el mío y las palabras, aunque quemaron, rozaron mi propio cielo.

Que me arrastren a las puertas del infierno que ante ellas gritaré con valentía y orgullo que no me arrepiento, pues siempre fui yo. Que puede que arrancara las alas a un ángel porque no entendía su alma. Yo sí entendí la mía, la sentí y por eso lo hice.

No lloraré, ni temeré las llamas,  pues ya no existen dudas en mí y hace tiempo dejé de temer a la muerte pues con ella hablé, escuché su voz y la sentí viva. Sí la muerte también es vida.

Quemad mis relatos, convertidlos en humo, pero haced un fuego grande pues hoy el verbo golpea en mí cada vez con más fuerza y no me avergüenza el de ayer.

Sabed que existen verdades que no podréis extinguir.

Que a pesar de la frialdad de mi luna y de ocultarme en mi oscuridad,  un día logré abrazar al sol y ciega ante su luz, mis ojos contemplaron el más hermoso amanecer.

Que a pesar de la nostalgia de los caminos por los que mis pies anduvieron descalzos,  una vez más me arrojé al volcán de unos labios llenos de mentiras que ardían sin piedad y, aun así, mi corazón salió ileso y comenzó a latir con más fuerza abrasando los recuerdos. El pasado también es mi verdad aunque el tiempo decidió que no me detuviera en él.

No, no creo en el ave fénix, ni en los fuegos purificadores, así que sí,  haced un fuego grande, y mientras lo hacéis  yo seguiré escribiendo, seguiré soñando con la certeza de que lo único que hoy apagaría mis letras sería tenerle a mi lado pues no siempre escribo aunque mis relatos me acompañen siempre.

Soy quien soy.

2 comentarios:

  1. La fuerza dinamitera de tus estrofas, nos habla de un corazón en llamas; de una mujer que sabe cogerle de la pechera a la vida y dar un golpe de mano cuando esta decide hacer de las suyas.

    Es un poco como la imagen del acantilado, esa mujer que, de negro, se enfrenta a las nubes grises y se erige en capitana de sus propias emociones.

    Justo es eso lo que haces tú.

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  2. Por la época en que la emperatriz Teodora esculpía leyes de igualdad sin comparación, el comandante, jefe de las tropas, Belisario, aun no debiera haber perdido la visión de sus ojos.
    — ¿Cómo me enfrento a los inmediatos? — Vino la voz titubeante desde el fondo de la muchedumbre — ¿Cómo aligerar el aborrecimiento?
    El calor condensado no ayuda a las buenas palabras. El silencio se estremece culpable. Una sombra digna vigiló los vocablos sabios.
    — ¡No culpes a tus descendientes!— Deseó — ¡Es fácil buscar el consuelo tras la falta!
    En aquel momento una llama perfeccionó la proximidad contigua. El viento, mientras, debiera estar seleccionando partículas impalpables.


    ....

    ..

    .

    FELICITO TU BUEN TRABAJO. PERDONA MIS INTROMISIONES. OLVIDÉ ...

    BESOTES.

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Antes de nada: gracias.