Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

lunes, 20 de febrero de 2012

LOS RELATOS DEL FUEGO 2. RESPIRANDO FUEGO




La única verdad es que nunca temió al fuego,  a pesar de las quemaduras que su piel mostraba con orgullo, pues una vez, siendo niña, lo respiró tan hondamente, frente a los fogones de su hogar, que el espíritu que habitaba dormido en ella despertó hambriento de llamas y ya no pudo controlarlo.

Mientras todos dormían, ella abandonaba su dormitorio y caminaba por la playa en busca de hogueras olvidadas, persiguiendo ascuas prendidas para poder caminar descalza sobre ellas.

 Y qué placer sentía…

No fue fácil aprender a ocultar sus llagas, a disimular su ambición, su deseo, pues nadie que la quisiera lo hubiera entendido.

Pero quién es capaz de resistirse a sus sueños. Y sin embargo ella sentía que no lograba ni tan siquiera alcanzarlos.

Un día un circo llegó a la ciudad y sin saber por qué acudió. Era domingo.

Nunca le habían gustado mucho los números circenses, pero de pronto se vio entre el público expectante mientras un hombre en la pista central comenzaba a escupir fuego.

Se enamoró sin poder evitarlo y aquella misma noche su corazón se rompió en mil pedazos, o eso creyó.

Una vez que acabó la representación, ella le buscó desesperadamente entre los carromatos hasta que por fin le encontró. No tenía muy claro que iba a decirle, incluso sintió miedo unos segundos antes de golpear la puerta. Pero una vez que le tuvo delante, lo supo y se arrojó a sus brazos. Le amaba.

-        -  ¿Podrías repetir el número que has hecho para mí?

Y él, algo extrañado, contemplando los ojos brillantes de aquella jovencita no pudo negarse y  lo hizo.

Era un truco, él no tenía ese fuego dentro de su cuerpo. Pero a pesar de su gran decepción, ella no se resistió ante la ocasión y mientras aquel hombre escupía llamas ella abrió la boca y las aspiró hondamente.

Sin pararse a contemplar la cara atónita de su primer amor, decidió regresar a su casa con aquel fuego dentro y los ojos llenos de lágrimas. Pero antes de abandonar el circo,  aquel hombre consiguió alcanzarla.

-          -Hay un joven y él si lo escupe de verdad. Hace años vino como tú a este circo y como tú se marchó con los ojos llenos de decepción.

Mucho tiempo después recordó aquella noche y la ilusión con la que se alimentó durante demasiados años buscándole sin lograrlo.

Un atardecer, una cortina de humo rompió el cielo. Un bosque ardía  y aunque luchaba consigo misma, tratando de mitigar sus anhelos, no pudo evitar acudir a él.

A pesar de las advertencias de las personas que, a su alrededor, trataban de extinguirlo, ella no le temió y  penetró en él respirándole profundamente, logrando extinguir parte de él hasta abrir un camino. Siguiéndolo por fin le encontró. Allí estaba él, aquél a quien tanto añoró.

Mientras él contemplaba como ella se acercaba clavándole su mirada, escupió un fuego intenso y ella comenzó a absorberlo, haciéndolo suyo, acercándose cada vez más y más a él hasta que sus labios por fin se unieron…

Y en aquel beso alcanzaron su paz.

1 comentario:

  1. qué bonitooo!! me ha encantado y me quedé sin palabras... gracias por seguir compartiendo, un abrazo y mucho fuegooo! ;)

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Antes de nada: gracias.