Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

lunes, 13 de febrero de 2012

LOS RELATOS DE LA TIERRA 13. TIERRA, MUJER, VINO, FUEGO... ROJO

Hoy iba a permitir que la muerte hablara sin embargo...

Ya lo dije. No puedo olvidar la tierra roja en la que vivo.

La primera vez que la contemplé de verdad, supe que podría abandonar este lugar pero que aquel color me perseguiría siempre allá donde fuere.

Confieso que de verdad nunca me he considerado una persona aferrada a un sitio en concreto, aunque los recuerdos me hagan creer que sí. Aún creo que no encontré una tierra solo para mí. Pero sí sé que ésta  que parece en ocasiones sangrar,  me pertenece. Llamadme egoísta.

Mujer, Tierra, vino, fuego…  No encuentro un mejor relato para acabar con la tierra, para empezar con el fuego y que plasme en parte quién soy.

Ya estaba escrito, quizás mucho antes de que derramara estas palabras. Hoy de nuevo, es el rojo…

Sí. Hoy iba a permitir que la muerte hablara, pero otra vez  ganó esta partida la vida.







Soy una mujer bañada por la tierra roja. No encomiendo mi alma ni la vendo, más que al destino que la gobierna, que es el mío y por el que lucho, como un guerrero sin miedo (aunque a veces lo olvide).

Y aunque es el color de diablo, de la ira, de la rabia…

Hoy decido sumergirme en un abismo sin fin de pasión roja; me persigue la vida, la sangre bombeada con fuerza en mi interior, y su calor.

Incluso dormida escucho sus latidos.

Pintaron con sus dedos de rojo mi cuerpo desnudo, encendiéndolo, tatuándolo con fuego; quemando y convirtiendo en cenizas el rubor que una vez asomó en mis mejillas.

Todavía existen bosques y en ellos niñas que cubren su cabello con caperuzas bordadas. En su inocencia, aún no tienen miedo.

Una copa de vino mientras escucho de su boca una poesía.

Y de nuevo… el fuego… atormentando mis sentidos.

Sujetando el fino vidrio que separa la cordura del sentir, lo acerco lentamente a mis labios, seduciéndolo en mi deseo.

Un pequeño sorbo impregna todo mi paladar del aroma antes adivinado hasta que su sabor y textura llenan y acarician mi boca.

Sabiendo que podría rebelarme a la atracción de sus llamas,  que podría utilizar sus sombras para no sentirme doblegada, vuelvo a inundar mi boca desatando el delirio, mientras dejo vacía su copa.

No olvidé las rosas y los pétalos que extendió sobre su lecho aguardando mi entrega, ni aquellos poemas escondidos bajo almohadas mientras llegaba el momento.

Las rosas…

Tiño las más blancas con mi sangre, sin miedo a las espinas que puedan clavarse en mi pecho. Como aquel ruiseñor.

Todavía guardo anudada alrededor del cuello, su ofrenda, aquella que gané con mi deseo en un torneo que nunca tuvo fin.

Y desnuda… la danza del fuego, hipnotizando mi cuerpo a pesar del suelo frío, espantando cualquier luna roja que pueda amenazar nuestro momento.


¿Otra copa?

2 comentarios:

  1. HE ESPERADO CREO QUE TODA MI VIDA PARA ENCONTRAR A ALGUIEN QUE ENTENDIERA SIN HABLARLE, QUE COMPARTIERA LA AGONIA DE LAS NOCHES. PUES HAY NOCHES QUE DUELEN Y SE CLAVAN DENTRO.

    HE QUERIDO DORMIR Y SOÑARTE Y HE QUERIDO SOÑAR QUE DORMIA ENTRE ESTAS PALABRAS.

    HE QUERIDO GRITARTE CUANDO NO TENIAS ROSTRO NI CONOCIA TU NOMBRE.

    SOLO LA LUNA SABIA DE TI...

    Y TODAS MIS LUNAS TE OCULTARON. Hermoso

    At. Anacrónica Ana

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  2. Estas letras que leen mis ojos, son los ojos del corazón las que le vieron hoy, estos días he tenido una guerra con este sentir que me traspaso en su escrito... pues mi futuro pisa los latidos de mi corazón difuso.

    Confieso que de verdad nunca me he considerado una persona aferrada a un sitio en concreto, aunque los recuerdos me hagan creer que sí. Aún creo que no encontré una tierra solo para mí. Pero sí sé que ésta que parece en ocasiones sangrar, me pertenece. Llamadme egoísta.

    Gracias por existir ahora virtualmente y tan hermosamente Cósmica

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Antes de nada: gracias.