Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

domingo, 28 de febrero de 2010

EL CUENTO Nº 68 DE LA LUNA OSCURA. PARA MARIA




Se encontraba apoyado en el quicio de la ventana. Aquella noche podría ser como cualquiera de las otras noches vividas, si embargo tenía algo distinto. El niño miraba embelesado el gran círculo blanco que reinaba en el negro cielo, y en su mirar era correspondido por la dama blanca que , desde su negro y amplio feudo observaba todo lo que acontecía en el pequeño pueblo.

El rapaz sostenía su carita entre sus manos, soñando despierto. Su mente volaba. Tras entrar su madre en la habitación y reprenderle con una sonrisa cariñosa se metió en la cama. Fue entonces que, tras cerrar sus ojitos y entrar en el reino de Morfeo, la luna descendió a la tierra siguiendo su reflejo en el lago cercano. Llegó a la estancia en la que descansaba el chiquillo. Qué serenidad se contemplaba en la sonrisa que se dibujaba en su carita.

Penetró en su ensueño apreciando la maravilla de aquel primer amor. Le extendió su mano y se dirigieron a una pequeña fragua donde, nuestra luna, le dió un pedazo de sus ser. El niño, con el obsequio recibido, la ayuda de la guardiana de su dormir y el fuego de su corazón, comenzó a realizar una ofrenda. Mientras manipulaba la materia, de las chispas que saltaban, surgían estrellas que inundaban el negro manto celeste. Fue así como poco a poco se fue creando un blanco collar de las más exquisitas formas y el sentimiento más sincero.

La noche transcurrió. Tras el descanso, los rayos de sol acariciaron la cara del crío y notando su calidez y claridad se frotó los ojos. Fue un sueño, pero cuando se giró apreció, en la pequeña mesita de noche, una cadena con eslabones que refulgían como estrellas fugaces y un medallón esférico. En el reverso “para María”.

10 comentarios:

  1. Querida Ana, qué cuento más dulce, en el que la magia del primer amor y de tus palabras nos invitan a soñar con la luna y con ese sentimiento, llenándonos de esperanzas (por lo menos a mí).
    Tus cuentos siempre me recuerdan esa magia que a veces se me olvida, pero necesito para respirar...
    Yo también quiero un collar de estrellas fugaces =) ... Aunque, pensándolo bien, ya tengo el mío, ahora mismo colgando de mi cuello, reglado por un amor así... La figura del colgante es una luna ;-)

    Un beso a través del viento...

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  2. Màgico, sensible..tierno, este cuento tiene de todo...

    mis abrazos

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  3. Precioso este mágico cuento, amiga. Pero...¿seguro que solo fue un sueño?

    Besos enormes...!

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  4. Un cuento mágico, lleno de dulzura, como solo inspitan los más bellos sueños.
    Buenas noches...
    Saludos!

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  5. wapa...siempre me gusta leerte
    cada vez más aunque he estado ausente...
    ya te contaré

    un beso enorme!!!!

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  6. \\\///
    (Ó_Ó)
    bonito cuento para matizar esta tarde de domingo¡¡¡
    un abrazo para vos¡¡¡

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  7. Hola cielo un dulce cuento una maravilla me encanto como todos aunque este es especialmente dulce
    un beso corazon y feliz semana

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  8. Dormiré, y en mis sueños le pediré a la luna que me acompañe con su magia, al despertar..., ¿cual será su ofrenda?. Conociendo mis deseos, ya se cual va a ser.
    Que maravilloso cuento en el que la Luna, junto al embrujo de la noche participa en los deseos del corazón.
    Un besaazooooooo, mi soñadora amiga.

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  9. Que bonito cuento como me gustan sentimentales....
    La risa es un verdadero desintoxicante moral capaz de curar o por lo menos atenuar la mayoría de nuestros males. Y además, no hay ningún peligro si se supera la dosis.
    Dr. Rubinstein
    Gracias por tu felicitacion.
    Con cariño
    Mari

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  10. Podría decir facilmente que me ha gustado, pero eso no basta.

    Este cuento debiera ser de los antólogicos, de los que años tras años sirven para despertar la imaginación de tantos niños y otros seres mas crecidos, con historias simples pero llenas de magia.

    Reconozco que es algo corto pues, cuando algo gusta, se echa en falta siempre un final que se haga esperar y nos permita quedar en nuestros ensueños y deleites.

    Mi mas sincera enhorabuena por darnos esta lección que, sin duda, tendré en cuenta.

    Saludos.

    P.D.: He acabado, por fin, mi labor de pintor de brocha gorda... A ver si en los proximos dias me pongo las pilas que andan algo desgastadas.

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Antes de nada: gracias.