Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

jueves, 4 de marzo de 2010

EL CUENTO Nº70 DE LA LUNA OSCURA. UN VIAJE POR EL ALMA. LA FLOR DE LOTO.




Cerca del amanecer la luna sintió que la noche se envolvía suavemente entre sombras de leyenda.

Bajo su luz pudo percibir como la selva permanecía extrañamente dormida y que en silencio la madre tierra, vestida de pureza, caminaba descalza respirando el arrullo de los sueños y acariciando con ternura la vida.

El movimiento de sus caderas desnudas al andar, despertó con gracia una suave brisa que en un susurro pronunció su oculto nombre tratando de cubrir su cuerpo.

Sí, fue un instante de erotismo limpio, en el que el ritmo de los latidos era marcado por sus pasos. Un momento de sensualidad que el terreno quiso hacer suyo alfombrando sus pies en espera de su esencia.

Mientras contemplaba el cielo decidió que aquella negrura sería la del color de sus ojos sólo roto por el brillo de las estrellas.

Y la luna no pudo evitar verse reflejada en ellos sintiéndose parte de aquel momento de magia.

Siguiendo sus pasos la acompañó a un pequeño estanque donde lentamente comenzó a introducirse mientras el agua recibiéndola comenzó a brillar en espera de su ofrenda.

Y Cuando por fin la reina se la otorgó fecundando el momento, del tacto de sus dedos brotó una pequeña semilla.

De aquel pequeño fruto surgieron raíces que se aferraron al lodo mientras la flor de loto luchaba por alzarse sobre el agua abriendo sus pétalos y llenando a la noche de su fragancia sensible.

Contemplando la belleza del momento la creadora comenzó a desvanecerse en el trono de color esperando el nacimiento de otro Dios.

Antes de que los primeros rayos del sol despertaran a la selva, de entre la maleza apareció un elefante blanco rodeado de una bruma en la que se podían leer los sueños de una princesa dormida.

Viendo la luna como aquel animal arrancaba la flor con su trompa supo que aquella princesa recibiría la verdadera ofrenda en su vientre.

7 comentarios:

  1. Hermosas palabras que llegan al alma de cualquier lector.
    Es siempre un inmenso placer acercarse a comprobarlo en este cálido espacio que con tanto esmero nos brindas.
    Gracias por compartirlo.
    Cálido abrazo.

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  2. Me sorprende la rapidez y facilidad con que entonas tu prosa. Muy importante, la fertilidad imaginativa.
    No pares, sigue deleitándonos.
    Tu blog es un refugio cálido.

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  3. que maravilla Ana..., con que delicadeza vas llevando el relato hasta el final... vulevo a leerlo que me ha encantado...

    besos

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  4. Paz y quietud al sentir el arrobo de tus palabras, princesa de la noche. Melodía que va acariciando los oidos, al balancearse en la grupa del elefante, dispuesto a observar como su suave trompa, hace germinar la belleza en un vientre complacido.

    Te luces. Un besazo.

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  5. Otro bello cuento me encanto este a sido muy sensible
    un beso corazon

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  6. Nos ofreces, como siempre, a la luna de protagonista en tus historias, pero cada una de esas lunas las siento distintas.
    Me encantó.
    Saluditos

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  7. Cerca del amanecer la luna sintió que la noche se envolvía suavemente entre sombras de leyenda.
    Bajo su luz pudo percibir como la selva permanecía extrañamente dormida y que, en silencio, la madre tierra, vestida de pureza, caminaba descalza respirando el arrullo de los sueños, acariciando con ternura la vida.
    El movimiento de sus caderas desnudas al andar, despertó con gracia una suave brisa que en un susurro pronunció su oculto nombre tratando de cubrir su cuerpo.


    Destaco este impresionante comienzo magistral, digno de cualquier maestro encumbrado...

    No recuerdo bien quien decia que los primeros párrafos eran casi los mas importantes, de ellos dependian que el lector quedara atado a la lectura o, por el contrario, desistiera por haber quedado defraudado en su primera impresión.

    Cuantas veces hemos dejado un libro arrinconado porque sus primera paginas no consiguieron enganchar nuestra atención ni despertar nuestro entusiasmo.

    Este comienzo que destaco, porque merece tenerse en cuenta para aquellos que intentan desentrañar la mecanica de la escritura, es un buen ejemplo de a que me refiero...

    Sus palabras nos introducen en el relato de una manera sutil, sin darnos opción, quedamos deslizandonos por sus palabras irremediablemente, atrapados en su magia de belleza que atrapa los sentidos...

    ... y, sin apenas darnos cuentas estamos inmersos en el epicentro de la historia.

    Eso se llama arte, lo demas son bagatelas.

    ¡Mis felicitaciones muchacha!

    BESOTE

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Antes de nada: gracias.