Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

lunes, 19 de noviembre de 2012

QUIZÁS UN SUEÑO... EL TRIGÉSIMO SÉPTIMO...




Todavía conservo aquella flor,  con ella cree un filtro aunque nunca más lo utilicé…

Hoy en mi sueño tramaré de nuevo un engaño envuelto en la fragancia. Tomaré aquella violeta que tantas veces sostuve delicadamente entre mis dedos y sin remordimiento la deshojaré de nuevo.

En mi confesión limpia y sincera me desharé por fin de la máscara que en mí, a veces,  se tiñó de purpura en su espera.

Mi querido Rafael, ella era el más perfecto violeta, pero hasta que no derramé sus lágrimas y las hice mías,  no lo entendí.

Han pasado años y todavía me emociono.

Mi querida Esther, cuánto sufrí tu muerte y cuánto ese amor cuyos versos desgarraron mi alma y mis letras.

Todo lo que fui antes,  dejó de importar y hasta que no lo acepté no nací de nuevo en aquel legado compartido.

“Por fin, en la soledad de su dormitorio impregnado de honda quietud contempló a través de la ventana, como la luna la esperaba paciente para atender la última confesión de su alma y mientras Esther le evocaba con intensas lágrimas de vida, fue desvaneciéndose en aquel sueño de amor comprendiendo así con su esencia sus propias palabras.”



6 comentarios:

  1. Hombreeeeeeeeee!!!!!! esta es otra luna, me gusta. Bona nit compañera.

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  2. ¡Que preciosidad de texto! Gracias por permitirme deleitrme y recrearme en tan bellas palabras que no logran ser empañadas por la tristeza de su contenido.
    Mis saludos cordiales

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  3. Muchas felicidades Ana. Que la inspiración no te abandone, genia de la lámpara.

    Besos y un fuerte abrazo que se extiende por todo el 2013

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  4. Era un día soleado después de casi dos semanas de tormentas y lluvias. El tren llegó puntual, sin retardo. En el anden apenas aguardaban un puñado de negras desdichas cuando se calmó el balanceo de ruedas. Abrieron las puertas. No hubo júbilo por el ansiado encuentro. Una sospecha inverosímil tamizaba el aire fresco, casi primaveral, pero falto de la alegría soñada. Entre besuqueo, abrazos y otras congratulaciones… faltaba Ella. Me sentí, confieso, desdichado en aquel momento. ¿Era posible el olvido tras poco mas de dos meses de ausencia? Mi alegría era puro gesto ensayado, mi único beso, el autentico, se consumía en mi pecho. Mis labios, mi lengua se resecaban con tanta palabrería inútil. Mis anhelos eran simples, renovar el perfume que en mi memoria quiso disiparse.

    Siempre a su servicio, bella DAMA.

    ¡BESOTE!

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  5. Era un día soleado después de casi dos semanas de tormentas y lluvias. El tren llegó puntual, sin retardo. En el anden apenas aguardaban un puñado de negras desdichas cuando se calmó el balanceo de ruedas. Abrienronse las puertas. No hubo júbilo por el ansiado encuentro. Una sospecha inverosimil tamizaba el aire fresco, casi primaveral, pero falto de la alegría soñada. Entre besuqueos, abrazos y otras congratulaciones… faltaba Ella. Me sentí, confieso, desdichado en aquel momento. ¿Era posible el olvido tras poco mas de dos meses de ausencia? Mi alegria era puro gesto ensayado, mi único beso, el autentico, se consumia en mi pecho. Mis labios, mi lengua se resecaban con tanta palabreria inutil. Mis anhelos eran simples, renovar el perfume que en mi memoria quiso disiparse.

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    Jimena San Martín

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Antes de nada: gracias.