Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

miércoles, 29 de agosto de 2012

QUIZÁS UN SUEÑO... EL TRIGÉSIMO TERCERO...




Un secuestro en rojo…

Y sus palabras levantaron mareas que lo removieron todo, despertándome de mi sueño.

¿Cómo resistirse?

Colores grises a mí alrededor, cuentos y más cuentos y la promesa de que habría mermelada de fresa en las tostadas.

No, no habría resistencia.

Y  al saberlo, sus labios lo hicieron todo prometiendo sonrisas.

Un arcoíris carmesí.

¿Cómo decir que no?

Y cerca del lago quiso regalarme un globo. Él era el mago y en un pestañeo, lo hizo aparecer para mí. ¿Yo? Yo era una niña intentando arrebatárselo de sus manos.

“Oye… ¿Me lees siempre?”

Y sin responderme, no me di cuenta… pero ya era presa de aquella magia.

El secuestro más perfecto y un caramelo envuelto en papel de celofán brillante...

  -   ¿Sabes? Anoche me quedé dormida escribiendo este sueño.
  -    Entonces habrá que escribir otro ¿No?


Y mientras paseo con el globo atado a mi muñeca, más sonrisas… 

Esta vez soy yo la que no he respondido…

Sí, habrá más cuentos…

TODOS.

3 comentarios:

  1. Precioso sueño si esperamos otro corazon
    un beso

    ResponderEliminar
  2. precioso sueño yo creo que no tendrás que escribir otro sin miles y miles de ellos besitos

    ResponderEliminar
  3. Un maravilloso martes. ¿Cuándo repetimos?

    ResponderEliminar

Antes de nada: gracias.