Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

miércoles, 11 de enero de 2012

LOS RELATOS DE AGUA 13. EL SIGNIFICADO DEL AGUA.


Caía la tarde lentamente.

Mientras releía el relato que ponía fin a su trabajo, se acordó de él. Estaría a punto de terminar su jornada y como cada día, aparcaría el taxi cerca de su casa y caminaría hasta aquel bar donde siempre imaginó encontrarse con él.

Al entrar, el camarero sin esperar a que tomara asiento en la barra, sacaría de la nevera su cerveza favorita y se dirigiría a él, “¿Qué tal el día Max?”.

Él tomaría un gran trago que saciara la sed acumulada y respirando, contestaría “Otro más que ha pasado”.

Evocándole, no pudo evitar pensar cuál hubiera sido su respuesta si le hubiera preguntado qué significaba para él el agua. Sin duda hubiera comenzado a divagar, preguntándola sin parar, hasta que fuera ella la que al final revelase el valor que ella misma le daba.

“Mi querida señorita, no es lo mismo un vaso de agua que un océano, que un río. Podría ser comienzo, cuna, limpieza, claridad, pureza, aunque ahora prefiero mi cerveza. Dígame ¿En qué trabaja?”.

Sí, imaginándole, no pudo evitar sonreír con cierta nostalgia.

Aquel día que se conocieron él le habló de su vida…

“¿Sabe? De niño, mi madre inventaba cuentos para mí, pero de eso hace tanto tiempo que al final crecí, aunque a veces añoro aquel pasado. No he tenido una vida fácil pero he conseguido sobrevivir. Lo único que no he logrado y sigo anhelando es encontrar el sentido de la vida, algo que realmente rompa la monotonía de los días que se suceden sin gloria. No, no le hablo de Dios, es algo más complicado, quizás como yo, como mi persona. Y ahora dígame ¿Por qué escribe?”.

Nunca llegó a contestar esa pregunta. Quizás hubiera bastado algo sencillo como que le gustaba hacerlo, pero a estas alturas era obvio que era algo más, algo, algo que como el agua formaba parte de ella y que necesitaba cada día…

“Mi querido Max:

¿Sabe? Casi al final encontré la perfecta analogía.

Sí, hoy, en mi último relato descubrí que quizás para mí escribir es como el agua. Un comienzo porque nunca sé dónde acabaré, la cuna de hermosos sueños, de sentimientos.

Pero también me di cuenta que, a veces, escribiendo depuro lo que llevo dentro hasta quedarme de nuevo vacía, pues hay veces que en las palabras que vierto doy demasiado de mí. Pero qué importa si en cada relato nuevo renazco. Ayer fue un leviatán y casi muero.

Sí, quizás, como un océano inmenso, que me llevará toda la vida recorrer…

Si hoy estuviera allí brindaría con usted con esa cerveza que tanto le gusta y le daría las gracias, pues sin darse cuenta, sin percatarse, encontró un significado para mí.

Y ahora he de dejarle, aunque pronto le volveré a escribir.

Cuídese mucho, mi querido amigo."

3 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho. Una cosa: "ayer fue Leviatán" o "fui Leviatán"?
    Eso de que después de tanto tiempo, al final creció... perfecto ;-)

    ResponderEliminar
  2. uff...sabes cuando estás en el mar, mojada que te entra frío cuando la mitad del cuerpo sale al aire y no le toca el agua?? así estoy...tiritando con la piel de gallina...decirte Excelente!! me sabe a poco...cada día te superas!!!

    Un beso con todo mi cariño!!

    ResponderEliminar
  3. Sabes que no me pierdo ni uno. Besazo.

    ResponderEliminar

Antes de nada: gracias.