Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

lunes, 2 de mayo de 2011

LOS RELATOS DEL VIENTO. 1. "CUENTAME UN CUENTO"



Y decido, esta vez, dejarme llevar por el viento de la noche, como tantas otras veces…




1. "CUÉNTAME UN CUENTO"




Desde hacía tiempo, muchas tardes en las que el tedio se apoderaba de él, acudía a aquella pequeña cafetería y después de saludar a los camareros, se sentaba en una mesa y esperaba tranquilo a que le sirvieran su bebida.

Conocía muchos locales, pero el sabor del café en aquel lugar era especial. Quizás no fuera exquisito para el gusto de paladares que pecaran de refinados, pero desde luego su aroma sí le hacía ser de los mejores, y él lo sabía, porque en su vida había degustado muchas tazas humeantes.

Mientras aguardaba la suya, observaba con discreción a la gente que ocupaba el resto de las mesas y se complacía cuando, en ocasiones, eran jóvenes estudiantes los que se sentaban cerca de él. Se entretenía escuchando parte de aquellas conversaciones en las que los sueños, ideas y pensamientos, salpicados de juventud, cobraban fuerza en sus bocas.

Y él, en parte, se dejaba contagiar, olvidando que hacía años su inocencia se marchitó mientras pasaba el tiempo, y la vida mostraba su verdadera faz demostrando que algunos sueños se cumplen y otros quedan en el olvido, o casi en el olvido.

No, no era la sensación que provocaba la insatisfacción del tiempo desaprovechado, porque él se sentía orgulloso de cómo la vida le había tratado y le seguía tratando. Era simplemente que ya no era tan joven…

Una tarde cerca de él se sentó una pareja que apenas hablaba, aunque contemplando sus ojos sí se podían adivinar conversaciones que sólo eran capaces de entender ambos.

Su silencio quedo rotó con un “Cuéntame un cuento”

No pudo evitar sonreír al escuchar esa frase, y mientras esperaba que ella se riera y contestara de alguna forma que sólo entendiera su compañero, cuál fue su sorpresa cuando aquella joven con una voz suave, mirándole a los ojos, comenzó a unir palabras…


“Quizás siempre fue una leyenda, una fábula inventada, pero yo sé que era una criatura, sin duda, hermosa, con un cuerpo esculpido por un ser que en un sueño la deliró y al darle su aliento decidió que no podría condenarla a una eternidad como la suya, permitiendo así que tuviera su propia vida.

Su pelo era suave, largo y encerraba en él la oscuridad de las noches, pero nunca nadie supo dar respuesta al misterio del color de sus ojos, pues su cabello siempre parecía mecerse con el viento que la acompañaba y que hacía que sus mechones lo ocultaran.

Sólo el viento, enamorado, siendo testigo de sus primeros pasos, fue el único que consiguió observarlos y en su temor porque alguien más los admirara, la acompañaba siempre.

Y a ella parecía no importarle… ya que desde el momento en que abrió los ojos no vio más que aquel viento y los momentos anteriores dejaron de existir.

Tampoco nadie nunca escucho su voz. Tan sólo una vez los pájaros la oyeron y seducidos por su dulce tono sintieron la envidia y el miedo a perder su trino. Así, cuando el viento dormía, ellos la velaban y entonaban sus cantos.

Y a ella parecía no importarle… aunque poco a poco las escasas palabras que una vez pronunció, intentando averiguar quién era, se convirtieron en silencio.

Una noche, despertó de un sueño y sintió como todo a su alrededor permanecía dormido, incluso el viento…

Comenzó a andar, sin rumbo, sintiéndose por primera vez libre, pero a los pocos pasos supo que ella no era más que eso, no era más que un sueño, la quimera de quién un día la creó y decidió compartirla, y cuando por fin sintió la verdad en ella, renunciando a una vida vacía, despertó al viento, a los pájaros, para sentirles de nuevo…”


Cuando aquella joven terminó el relato, estuvo a punto de acercarse a ella para agradecerle el momento, pero no podía quebrar su condición de ser un mero testigo. Y aunque le costó separarse de aquella pareja, la noche había caído dulcemente recordándole el momento de regresar a su vida.

Ya en la calle, todavía con el sabor de aquel café en su boca, sintió un viento suave, una brisa amiga, y se dejo llevar por aquel cuento imaginándose que a lo mejor él también era un personaje de aquel sueño y que quizás en algún momento sería él quién escuchase aquella voz y descubriera cuál era el color de sus ojos...


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9 comentarios:

  1. Que bonito!!! hay cosas que dejan de ser "cuento", cuando dejamos de imaginar para sentir.
    Que quedó de mi loca amiga?
    Eres la mezcla perfecta entre locura y dulzura.
    Eres TU, quien siempre me acerca a las mas lindas palabras.
    Besitos

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  2. Has narrado una sensación que he llegado a sentir...es más me he visto en la cafetería. Has conseguido estremecerme.

    Un abrazo.

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  3. No dejas de sorprenderme y me encanta!!
    eres un mujer de novedades siempre, porque tienes ideas para todo, cada vez más increíbles, cada vez con más ganas, estás que te sales guapa!!!

    Este "Cuentame un cuento" me descubrió a una amiga a la que quiero un montón.

    Gracias por ello

    Un beso enorme!!!

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  4. Dios, me encanta, es que me he sentido alli sentada. Eres increible guapa, te has superado.

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  5. De lo mejor que te he leído Ana,me dejas a cuadros,eres magistral.
    Millones de besos.

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  6. Excelente historia, volveré, besos

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  7. Muy bello cielo es un placer leerte
    a mi me hace mucho bien
    un beso

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  8. precioso historia te felicito guapa me a gustado mucho besitos

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  9. El cuento que narra los trasiegos del sueño; el sueño tentando la pesadilla fragil, agitada, febril. El hombre, persona, intenta unir los fragmentos en una quimera evanescente.

    Recomiendo: Jorge Luis Borges: Ficciones (1944) - Relato: Las ruinas circulares.

    Sin mas comentario.

    BESOTE

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Antes de nada: gracias.