Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

lunes, 23 de abril de 2012

QUIZÁS UN SUEÑO... EL QUINTO.






“Dame un sueño que no olvide nunca…”

Como una premonición, la oscuridad de la noche envolvió de nuevo mi cuerpo avivando la pasión enterrada  en palabras sin sentido de un ayer que casi extingue mi sexo.

Te he esperado tantas veces…

Anhelando tu voz, en mi espera, labré mis sábanas con palabras llenas de poesía, pero últimamente solo escucho silencios llenos de ti.

Fueron noches interminables, noches recordando quimeras, inventándolas, atravesando puertas que daban paso a un mundo en el que yo no me entendía. Noches infinitas que ni  siquiera algunos amaneceres, bañados en café, consiguieron quebrar.

Duele ser noche…

Duele…

Pero ayer por fin una puerta me condujo al abismo de tu pecho, despegando mi alma de evocaciones ya frías, despidiéndose de ellas.

No, no me importó extinguirme contigo en él para entregarte mi sueño porque nunca me avergonzó la soledad que hice mía en cada uno de mis cuentos.

Duele ser noche…

Duele…

Como una premonición, desperté y encontrándome a mí misma, supe que pronto los desvelos pasados se desvanecerían…

3 comentarios:

  1. Cuanto tiempo sin leerte, niña. No se si me recordaras, soy Gara, ahora con otro nombre y blog distinto.

    Como siempre un placer leerte, besos

    ResponderEliminar
  2. ufff..cómo duele hoy!! y me muero siendo noche entre tus letras...

    un beso (me quito el sombrero, me levanto y aplaudo!!)
    Te quiero!!

    ResponderEliminar
  3. la noche no es buena compañera y los sueños siempre traicioneros

    saludos niña

    muakskskk

    ResponderEliminar

Antes de nada: gracias.