“Sin poder evitarlo, vi a lo lejos como se sumergía en aquel mar, sintiéndose libre al fin".
Nunca lamenté mi pecado pues lo viví intensamente, con toda la sinceridad que mi alma me concedió.
Devoré el tiempo con la codicia de no sentirme culpable y, saciando mi egoísmo, me olvidé quizás de más de una norma impuesta, que no virtud, pues fue justicia mostrar la honestidad de mi corazón.
No, no entendí jamás las reglas de la providencia, aunque hoy por fin he aprendido que, en el juego, hay almas que mueren y renacen, como el tiempo, como la vida, incluso como las estrellas, la luz de la luna, o como las gotas de agua…
Así, perdiéndome en divagaciones sobre si fue providencia o fatalidad, me siento afortunada de haber sentido, aunque mi alma agonice.
Las gotas de agua…
Un océano repleto de ellas me aguarda, y lentamente, desnuda, le ofrendaré todo este sufrimiento para que mi fe de nuevo nazca.
No temeré que su frialdad erice mi piel, ni que al sumergir mi rostro escuche con tristeza, en el silencio, la fragilidad de mis recuerdos.
Dejaré que el agua purifique mi pecado, bañando en sus profundidades mi cuerpo, entregando sin miedo a la oscuridad mi olvido.
Sí, al final puede ser que sí exista el destino.
Maravilloso Ana.
ResponderEliminarMillones de besos.
Me gusta mucho. Es curioso escribí un intermezzo de agua, sin caer que estabas escribiendo sobre el agua, cosas de la escritura. Por otra parte, este texto tiene como una tonalidad Blanca. ;-)
ResponderEliminarBesos
Hermoso!!!Juanjo
ResponderEliminarprecioso amiga mía como siempre un abrazo
ResponderEliminarMe encantó Ana, muy lindo. Besitos
ResponderEliminarSimplemente maravilloso!!!!
ResponderEliminarSilencio. Espera. Meditas apenas con el dedo tembloroso la materia metálica que ha de fulminar todos los sueños. Culmina la ultima jugada con rotundo suspenso. Los bolsos, bolsillos, quedaron inundados de negrura inhospitable. El desenfreno de un día cualquiera o se paga o no debe ser materia de olvido.
ResponderEliminarCualquier relato debiera comenzar por el principio, no los míos...
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Buen trabajo amiga.
BESOTE
muy bello corazon, quien sabe le destino puede existir
ResponderEliminarun beso