Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

jueves, 2 de junio de 2011

LOS RELATOS DEL VIENTO. 6. UN VIENTO LLENO DE MAGIA.



Si estuviera cerca de allí…

Una noche bañada por la más hermosa y fragante luna, bebí las palabras de un viento que se filtraba suave a través de una profundidad oculta. Me pareció tan dulce y exquisito que, intensamente embriagada, permití que aquel soplo guiara mi desvelo oscuro.

A través de tibios susurros, aquella brisa me habló de un bosque olvidado del tiempo pero que, sin embargo, aún perduraba en su memoria. En él, cerca del anochecer, las más delicadas ninfas arrullan con gran ternura a sus pequeños.

Resguardadas por los árboles que conocen su secreto, por riachuelos que en la solemnidad de un pacto juraron no desvelar el reflejo, entre la hierba y las hojas suaves, los mecen en sus tibios brazos, junto a su pecho.

Mientras le escuchaba, sentí como, en su revelación, me conducía hasta allí, y oculta entre las sombras pude contemplarlas a través de los ojos de aquellas pequeñas criaturas, y pude ver como sus alas cristalinas se salpicaban con el brillo de estrellas eternas.

Nunca el silencio de la noche fue quebrado de una forma tan sublime. Nunca una melodía se clavó tan hondamente en mi alma.

Descubriendo como unían sus voces en aquel arrullo, en aquella nana, respirando el más puro amor, me sumergí en la calidez de sus almas y en la sonrisa que se dibujaba en aquellos pequeños que por fin se entregaban a su sueño.

Sintiéndome yo también acunada por aquella magia, mientras la oscuridad se desvanecía, percibí como lentamente me iba quedando dormida. Mi sueño también aguardaba por mí.

Todavía hay noches en las que abro mi ventana y evoco aquel momento esperando el regreso de aquel tibio viento.

Si estuviera cerca de allí para escucharlas…


Safe Creative #1106029361982

7 comentarios:

  1. Que lindo escribes y describes.
    Tan loca por momentos(jajaja) y tan dulce e intensa en otros.
    Besitos besitos

    ResponderEliminar
  2. Muy hermoso cielo me encanta leer tus cuentos son una maravilla
    un beso corazon

    ResponderEliminar
  3. qué bonito, si es que la vida sin magia, no es vida...y ese viento mágico me emocionó niña!!
    y me acuné con él...me encantó!!

    Un beso grande!!

    ResponderEliminar
  4. Perdona mi ausencia pero ya estoy por este mundo de nuevo.
    Empezare a visitaros nuevamente
    Un besito Rosa

    ResponderEliminar
  5. Suerte de poder retener un momento tan mágico, donde todo es tan sutil y lleno de sencillez, me apetece acompañarte en esta espera cerca de la venta esperando aquella brisa que seguro volverá.

    Besos

    ResponderEliminar
  6. Por haber nacido necio, algo desequilibrado en mis entendederas… ¡Por Dios que nadie piense que no soy sensible! Me decía mi abuela siendo un renacuajo, con su media sonrisa fruto de un aire que le dejara media cara inactiva, indiferente, “Chico, tú tienes la vida agarrada por las entrepiernas”. Desde entonces me sigue como un estigma esas tres palabras talismanes en mi sosa existencia: Chico, vida, entrepiernas.
    El renacuajo que fui con el tiempo fue creciendo hasta convertirse en lo que hoy soy, una mole de carne que debiera intimidar al más bravucón si no fuera porque mi naturaleza es tranquila, sosegada, paciente y cuidadosa.
    No tengo recuerdos de mis padres. Ni siquiera un triste relato de su existencia acompañó mis primeros años escolares. Yo era el mentecato acogido por sus abuelos. Por lo demás…, los días transcurrían con parsimonia entre cuchara, cuchareo, en la cocina donde se fraguaban los pucheros.

    ResponderEliminar
  7. ¡BESOTE GUAPITA DE CARA!

    ResponderEliminar

Antes de nada: gracias.