Sigo soñando con otoños…
Temí que llegara el invierno y que se desvaneciera la imagen
que atesoré en mi interior
convirtiéndola en uno de mis más bellos recuerdos.
Durante años, al cerrar mis ojos, volvía a contemplar aquel
paisaje, evocando un sentimiento de libertad, reviviendo un amor por el que
atravesé el cielo hiriéndome de lunas para romper la distancia, mientras mi mano
se desangraba en cartas. Escribí tantas...
Abrazada a la añoranza de aquella libertad que nunca tuvo
límites, me quedaba dormida y me convertía en mis sueños en un artista.
Como un
pintor seducido por la rebeldía de un instante, me envolvía en el rojo, en el
verde y en aquel ocre tan lleno de mí.
No importó que el viento frío me amenazara porque en todos los otoños soñados siempre
aparecía el sol concediendo la templanza a mi piel. Aún lo hace.
En aquellos sueños me veía a mi misma respirando, llenando mi alma de una vida que creí eterna y que después se convirtió en nostalgia.
Ahora despierta concedo la eternidad a mis sueños, a la libertad que solo a mi me pertenece y me hace sentir viva...
" Siempre eterno... 12 de octubre de 1998..."
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