De los sueños aprendí que uno no decide lo que sueña dormido,
pero sí es libre para hacer de sus sueños una meta.
El miedo a veces se tiñe de amarillo haciendo tambalear mi
confianza. Los días pueden doler y temer la luz del sol, mientras las noches se
llenan de anhelos que no siempre se alcanzan.
Soñé con un campo de girasoles
altivos que no temían la muerte, manteniéndose erguidos sin contar el tiempo. Y
en la calidez de sus pétalos, me vi sumergida ansiando empaparme de su firme
existencia.
Soñé con un paseo flanqueado por
antorchas cubiertas de llamas mortecinas que anhelaban convertirse en estrellas,
cambiando así su sino. Y sin temer que
se extinguieran con mi respiración, me fundí en la senda trazada contemplando el cielo serenamente.
Soñé que mi vida se debatía en
tristezas, agotando segundos de un alma
que moría por miedo a la luz. Y sin temer cambiar mi rumbo, gané la partida a la esperanza pero entonces, ya estaba despierta y el calor inundó mi ser
formando un halo que nunca me abandonaría.
Aquella luz fundió mi sueño y mi realidad en una sensación
tan intensa que hoy, a pesar de mi oscuridad, solo a mí me pertenece.
Y en mi dormitorio... girasoles...
EL HABITA DEL SUEÑO
ResponderEliminarTan singular, tan etéreo,
Efímero mas verdadero.
Existes y desapareces
Tantas y tantas veces
Que no es de extrañar
Las conjeturas diversas.
¿Dónde te encuentras?
¿Dónde siquiera buscar?
¿Ser alma igual, gemela.
A la del tiempo que vuela
Duele, tambié reconforta?
¡Donde habitas importa!
No soy muerte, ni descanso
Para el alma, solo estigma
Heredada. Unos son manso
Y toleran. Otros magnifican
Sus traumas. No tengo culpa
De tantos padecimientos.
Mi labor, sencilla, presiento,
Es labrar y agitar la pulpa.
Hace calor, quisiera dormir con la venatana abierta. Ayer noche, medianoche leia, se me cerraban los ojos, posé la novela en mi vientre y sin apagar la luz dormité. Llegó el sueño y en el mejor momento, en que me besaba una guia turistica de ojos claros y melena algo descuidada en su peinado pero si limpia, llegó el rugir de una moto que me sobresaltó, quedé despierto. Un suave calor envolvían mis labios, quise lamerlos pues, sin duda , tambien la dulzura debiera permanecer en ellos tras ta corto fragmento de tiempo pero desistí, mejor no borrar ninguna de las sensaciones que el sueño me había regalado aquella noche.
ÚLTIMO POEMA
ResponderEliminarExtinguido.
Símil olvidado,
En desuso.
Cabriolas
Del pensamiento.
Requiebro
De un tiempo
Aletargado.
Queda un aroma,
Vestigio
De una pasión
Inconclusa.
Llueve, gotea,
Olvidé
El calor del vientre
Nubil
Despertando
Risa, esperanza,
Futuro.
No añoro.
Mi ultimo verso,
Poema,
Quisiera fuera
Claro,
Limpio, profundo,
Escueto.
Un BESOTE guapa !!!
¿Qué ausculta el hombre en su silencio? ¿Cuáles son sus pensamientos? Si está abochornado, pisoteado y fragil, sin duda un sinfín de murmuraciones. Dialogos mudos que fluyen en su intelecto irremediables. Cuando las cosas le sonrien fragua encuentros amigables y llenos de posibilidades varias, pero cuando las cosas se tuercen no solo se siente hundido, el problema le atosiga y le sigue a todas horas en su dialogo interior. Porque, habreis de estar de acuerdo conmigo, aun en silencio seguimos dialogando con las personas implicadas. Pienso, creo, que incluso el tímido o el mudo encuentra en esos dialogos interiores las palabras justas en su “defensa”. Pero este mundo no está hecho para los que silencian y reflexionan, no para mundos íntimos, interiores, está hecho para el que alza la voz, se impone y busca en sus palabras mediocres una remueneración inmediata, útil para sus intereses.
ResponderEliminarHablemos de las palabras. ¿Qué palabras? ¿Las habladas, escritas o pensadas? ¿Dónde fluyen con menos rigidez? Dejo la respuesta abierta aunque intuyo la respuesta, puedo equivocarme. A mi entender son las pensadas o interiorizadas las que son menos evidentes en nuestro lenguaje pero sí las evocadas en nuestro lenguaje interior. ¿Somos más culto estando en silencio? No, sin duda tenemos el mismo bagaje pero no la misma premura para exteriorizar nuestras ideas o sentimientos.
Llega el docto, el científico y meticuloso, que antes de redactar, mide, hace conjeturas y si está en lo cierto, ultima la definitiva sentencia de su logro. Plausible que en su trayecto barajara palabras difrentes, pero, su fin último es una sentencia última y definitoria a su problema.
I
Tiritando de frio,
Maita, que vengo,
Por los caminos
Ando, ensueño.
II
Por tu perdon
Vendo el álma,
Por tu calma
Mi único dón.
….
Cuando llegaron las primeras unidades policiales el fiambre estaba igual de muerto que cuando lo dejó su ejecutor, muerto, sin señales de vida. La última patada en las costillas se contabilizó al mismo tiempo, según el forense, que la muerte por asfixia, minuto mas minuto menos
BESOTE !!!