Y los sueños comenzaron a teñirse de marrón prometiéndome que
al despertar, los anhelos se desvanecerían.
Apuré los últimos segundos de aquella noche escrita para mí a
ritmo de tango. Abrí las ventanas para darle una última oportunidad a las sombras
que se escondían entre mis muebles.
Renuncié a mi lecho, me tumbé en el sofá y
preparándome para contemplar mi propio retorno, sin dolor, observé como una a
una iban abandonando aquel lugar.
Fiel amante de mis noches, hoy confieso que nunca me
asustaron los amaneceres, porque con ellos también soñé.
Que si bien, custodié como un guerrero mis propios
crepúsculos, nunca tuve miedo de mi luz.
Sí, he conservado hojas secas de mi pasado, otoños envueltos
en magia, pero he vivido tantas primaveras.
Y no, no me olvido del
verano fragante de canela…
¿Es Verano? Sí, sí lo es.
…Y los sueños comenzaron a teñirse de marrón prometiéndome
que todo lo que soy y me hace feliz, permanecería en mí, incluso los recuerdos.
A veces no está mal soñar con uno mismo…
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