A veces he tratado de inventar sueños en los que acallaba sus
latidos por miedo a sentirme viva, pero anoche latían tan fuertes.
Una vez soñé que me tumbaba sobre un campo de hierba verde y
me convertía en tierra. Contemplé la vida en su más perfecta armonía y que
irónico pero quise ser muerte.
Despierta, solo conseguí derramar lágrimas recordando aquel
sueño.
Otra vez soñé que estaba en un bosque cerca de un manantial y
contemplando la fuerza de aquella agua tan pura, me sentí débil y permití que
ella guiara mis pasos.
Despierta, me contemplé en el espejo de mi dormitorio y supe
que aún no había encontrado mi propio río por el que fluir libremente.
Y de nuevo soñé y supe que nunca dejaría de soñar a pesar de que la realidad frenara algunos
de mis sueños.
Cómo acallar la vida, cómo silenciarla si no puedo dejar de
derramar sueños y de vivirlos con la intensidad de mil tierras, de mil ríos, de
mil océanos, de mil fuegos, de mil amaneceres y de mil noches y de mil lunas que se rompen continuamente en mí
y en mis letras.
¿Cómo acallar la vida si hoy la siento más mía que nunca?
No. Hoy no regalo silencios…
hola
ResponderEliminarHacía mucho que no pasaba a verte, espero que estes bien!!! un saludo pues eso que la realidad no frene tus sueños