En mi jardín aún sigo esperando el
crepúsculo perfecto para mi alma. Sentada, escribo, tratando de no pensar,
hasta que la luz se desvanece y mis palabras se convierten en un susurro que anhela perderse en brisas.
Hace poco el jazmín comenzó a regalarme
noches llenas de su fragancia y mis sueños comenzaron a teñirse de su verde
intenso.
Ayer soñé y era tan vivo mi sueño que
al despertar tuve miedo de perderlo.
No había lunas pero las estrellas no
sintieron añoranza y brillaron iluminando aquel cielo, recordándonos.
Quise desnudarme bajo aquel cielo y
que las estrellas derramaran su luz sobre mi piel bautizándola de nuevo,
convirtiéndome en brillo bañado por aquel aroma, regalándome una nueva memoria.
Quise gritar la esperanza perdida en
tantos anhelos… Y sí, caminé descalza extraviando mi voluntad en aquel verde, escuchando
otras palabras.
En mi jardín, al anochecer, escondo
mi voz y solo escribo quebrando silencios con mi pluma que aún sigue sangrando
cobardías.
Pero ayer escuché otra voz y mi sueño
se llenó de ilusión…
es maravilloso...el verde, color de la esperanza, de nuevas ilusiones por compartir...
ResponderEliminarno hace falta que te diga muchas cosas...
ya lo sabes!! pero hoy, ese sueño, esa ilusión
me llega de nuevo al corazón...y tu magia me impregna de ese nuevo color...
Un beso. TQM