Despertó la noche en los últimos latidos de una batalla y entre el humo y el polvo apareció la luna manchada de rojo por la sangre derramada, intentando acallar los gritos y los lamentos, el dolor devastador que su blancura tintaba.
Aún queriendo ser consuelo del miedo que se respiraba, sabía que en el cumplimiento de su condena, su aliento no podría impedirle ser testigo de cómo la muerte llenaba sus arcas.
Cuántas veces vio a la muerte actuar sin sentido, sin poder hacer nada, sólo alumbrarla. Quizás las mismas en las que maldijo su luz tan cruelmente utilizada.
Aún así, doliéndole el alma, quiso ofrendarse asimisma a los que aún respiraban, y camino suavemente entre banderas sin importarle lo que reclamaban, adelantándose a la muerte mientras ésta su guadaña afilaba.
En el sonido de esos últimos latidos, oyó un corazón, el del caballero negro que, sin ningún temor, a la muerte esperaba, abrazado a su estandarte, sobre el pecho un sol de nácar, y en su boca una sonrisa pues lo último que vería sería a la dama blanca.
Y la luna recordó aquel santuario donde noches atrás aquel hombre su presencia reclamaba, encomendándose a su suerte, en la valentía de que su lucha era una esperanza.
Acercándose a él sintió que toda su piel temblaba, y tentando a su suerte, y a la muerte que sigilosa se acercaba, habló con el caballero a riesgo de perder su eterna luz blanca.
“Quién cantará caballero la melodía de tus hazañas, quién ungirá tu cuerpo si tu mirada se apaga.
Cómo podré seguir buscándote detrás de las montañas, cuando la luz del sol apunte y te sueñe en mi morada.
Cómo podré ser llena si hoy la muerte de mi te separa, cómo podré ser luna sin ti, mi caballero, el que alimentas mis ansias”
Aunque siempre se reía de la compasión de la esfera blanca, nunca antes la muerte escucho su voz de una forma tan clara, y sintió algo de rabia al pasar de largo por aquel estandarte que la luna custodiaba.
Y en su rabia, la amenaza de que al día siguiente quizás la luna no podría hacer nada, y se llevaría consigo al caballero dejándole como prenda el amuleto de nácar.
Antes del amanecer besó la luna al caballero en su frente despejada regalándole el sueño de un nuevo mañana, y oyendo sus latidos, cada vez más fuertes, regreso a su morada.
Me quedo con ese canto del mañana nuevo, lleno de esperanza con el beso de la luna..
ResponderEliminarUn abrazo con mis
Saludos fraternos de siempre...
Hola cielo que bello cuento algo triste pero precioso eres unica con los cuentos de la luna
ResponderEliminarun beso
Creo que alguien que yo me sé sostuvo muchas veces la mirada en la Dama Blanca antes de entregarse a la Maldita Guadaña...
ResponderEliminarPrecioso tu escrito, Ana.
Por cierto, ¿qué hay de tu vida, bribona?;)
No se ni cuando ni donde me relataron esta batalla. Esta, como otras, culminó en devastación extrema. Mas dejadme que os cuente la triste fortuna del caballero aliado en su pecho y estandarte con el Sol en el pecho...
ResponderEliminar¿Quién osa ratar a la Luna?
BESOTE
Mas quién es este caballero tocado con un sol nacarado y que disfruta de esos honores??? No pudiera haber un juglar con mejores dotes en la narración de las afrentas sufridas por tal armado. Haceis vos despliegues de gracias y donaires en estos vuestros relatos... Afectuosamente, estimada dama blanca, llenole de besos...
ResponderEliminarHermoso, Hermoso cuento. Navegue tambien por cuentos anteriores...y de todos los cuentos que vengo leyendo de diferentes autores, por alguna razon (quizas mas personal, antes que otras) los tuyos son los que mas me llegan.
ResponderEliminarBesote!!!
Hasta pronto...
ainsss mi niña... cómo me ha gustado...
ResponderEliminarme encantan las historias de los caballeros
y ésta se la he leido en voz alta a mi hijo...
los dos hemos disfrutado de tu cuento.
gracias preciosa!!!
Un beso enormeeee, con mucho cariño!!
Mi niñaaaa..cuanto tiempo sin tus cuentos, despistado yo..regreso y me deleito.
ResponderEliminarCalido abrazo
Bufffff
ResponderEliminarPrecioso cuento, su hermosura es tanta como la sensibilidad que arrastra.
No sé como lo haces pero cada día me gustan más tus cuentos.
Abrazos.
Excelente anita!!! como siempre un cuento espectacular!!!
ResponderEliminar! Que actividad la de tu luna oscura! Cisnes, fareros, pescadores, caballeros a medio morir!
ResponderEliminarDile si la ves que siga así. El mundo animado e inanimado , al que pertenezco, la necesitamos
Un beso
Puf!! amigaaa me encantoo y es q cuando muera quiero besar a la Luna... quiero morar en ella y ser parte de una muertas enlunada.
ResponderEliminarun beso enormeee TQM!