Aquella noche la luna despertó llamada por la música de un tango, y aunque sabía el significado de esa triste llamada, acudió al viejo teatro de Buenos Aires para ofrecer su luz a aquella pareja que bailaría por última vez.
Al llegar, se produjo el silencio. Le tocaba a ella iniciarlo, y así, asumiendo su papel dejo que su luz, brillante como nunca, comenzara a filtrarse a través de las claraboyas al ritmo del bandoneón que narraría aquella historia de amor.
El deseo oculto entre las sombras comenzó aparecer cuando la bailarina, de espaldas y vestida de un rojo más vivo que nunca, dio movimiento a sus piernas, desplegando su sensualidad más orgullosa hasta situarse debajo de esa luz tan fría como sus ojos llenos de falso rencor.
Y en su pestañeo su contrincante quiso abalanzarse sobre su cuello, pero se contuvo mirándola fijamente mientras se acercaba a ella dejando que sus cuerpos comenzaran a girar sin tocarse, hasta que ella le agarro la mano y él su cintura, comenzando a desatar así una pasión de arrabal, que sólo el engaño hacía que naciera cada noche.
Haciéndola girar sobre su cuerpo hasta amarrarla a él quiso demostrarle cuánto la había amado siempre, y caminando los dos hablaron con sus ojos, hasta que ella le dijo "te amo" y él sujeto su pierna sobre su cadera y giro de nuevo, arrastrándola y preguntándola por qué.
Quizás sólo fue el deseo el que habló, quizás realmente le amaba, pero él sintió que aquel sería el último baile, y ella, dándose cuenta, le abrazó fuertemente resbalando todo su cuerpo sobre el suyo hasta caer de rodillas aferrada a la pierna de él con un perdón dibujado por el engaño.
Pero los celos ya habían acabado con todo, y a punto de terminar la música él se debatió consigo mismo. Sí, sólo era una pasión de arrabal, y aunque tardase en olvidarla, lo conseguiría.
Un último abrazo, un último giro, unos últimos pasos y cuando ella quiso volver a abrazarle, besarle, a punto de acariciar sus labios, él la sujeto las manos y la arrojo fuera de él, dejándola sola y volviendo a la oscuridad.
Nunca se bailaría de nuevo ese tango.
En el silencio, la luna contemplo como a la bailarina se le escapaban dos lágrimas y compadeciéndose de ella abandonó el teatro.
Antes de dormirse, la música sonó de nuevo dentro de ella, y disfrutó recordando aquel baile lleno de vida.
Una preciosa entrada querida Ana.
ResponderEliminarLindo fin de semana amiga
Besitosssssssssssssss.
Y es que el tango es uno de los bailes mas sensuales que hay...Y la luna baila tangos???... Si hay algo que me gusta de leer tus cuentos es el que además escribas otros conmigo!!!.... JAJAJAJAAJAJAJAJA... Tanto placer es leerlos como compartirlos...
ResponderEliminarBesitoooooooooos Alo
El tango me encanta... Cada novia que tengo (o una amiga muy amiga) le digo para bailarlo en secreto. La censura del tango... lo hace más sensual!
ResponderEliminarBonita y triste, acompañada de la sensualidad de la luna y el tango.
ResponderEliminarUn gusto leerlo, besitos.
Aishhhh... que penita, que esos malditos celos no dejaran que bailasen más tangos... pero si los bailaban tan bien...
ResponderEliminarSabes, una amiga que es profesora de baile de tangos, siempre dice que no se puede bailar con cualquiera... que luego trae consecuencias (demostrado entre sus alumnos)...
Bueno, hoy estupendo el cuento, besicos.
Muy bonito preciosa. Un beso
ResponderEliminarMe has hecho bailar tango después de tanto tiempo sin bailarlo.
ResponderEliminarGracias Ana querida
Un beso
Noe
Hoy la luna nos hablo en lunfardo,el tango es una de mis musicas preferidas,bonito video,un saludo.
ResponderEliminarHola cielo otro bello cuento son divinos
ResponderEliminarel final algo triston pero me encanto
un beso
Me encanta el tango, con sus historias, su novelas, su drama. Tu cuento ha sido como bailarlo (aunque no lo bailo pero me gusta verlo bailar).
ResponderEliminarUn saludo.
Esta vez Luna dejó los bosques y arroyos, palacios y princesas por culpa de una música arrabalera. El sonido de bandoneón por tierras rioplatenses le atrajo y sedujo y como una chiquilla curiosa e intrigada quiso saber del origen de aquel ritmo sincopado que flotaba en el aire aquella noche. Fue así como pudo contemplar, fisgando por un sucio tragaluz, aquel último baile de una pareja que, como poseidos por el compás de aquella pieza, entrelazaban con furia brazos y piernas en alternacia de atracción y rechazo, magnetismo y repudio. Luna apenas daba crédito a sus ojos, aquel baile era algo más, una discusión sin palabras se fraguaba en sus ardientes miradas. Acusaciones, desesperanza, amenazas, ruegos,... Una callada letra de canción se tejía en el aire cada vez que sus ojos se encontraban. Al final, en un gesto brusco del bailarín oscuro dejó su pañuelo al cuello casi desanudado y la bailarina vestida de fuego quedaba derrumbada en el suelo, desconsolada, vertiendo su llanto sobre hombro y pecho. Luna se alejó entonces a su tibio firmamento con su corazoncito medio roto, compungida, al ver lo trágico que pueden ser los celos.
ResponderEliminarNo hace falta decirte que me ha gustado tu cuento.
Un BESOTE muy grande.
Me has dejado la piel de gallina, los sentimientos en los ojos y el alma borbotando.
ResponderEliminarImpresionante el trío de pasiones, de todo tipo de pasiones.
Abrazos.
Ay...El tango, que sensual...Nunca lo he bailado, será cuestión de probar...El cuento te ha quedado precioso.
ResponderEliminarMuchos besos wapa.
Sentimientos de amor y desamor tras los pasos del baile, haciendo de cada paso un sufrimiento apasionado.
ResponderEliminarHasta el dolor mostrado por este baile hace Amarlo.
Tango ¡hay mi Tango!
Agur un saludo.
Ana: Gracias. Llevaba varios años queriendo expresar lo que pensaba cuando veia bailar un tango, pero no podía.
ResponderEliminarTu lo has hecho con la maestría literaria que te caracteriza. En el tango hay una manifestacion de amor-atraccion y odio-repulsa.
Tu lo has captado y has sabido expresarlo.
Un besazo Ana
Me encantó el cuento con ese final algo triste, creo que está muy acertado.
ResponderEliminarSaludos
Ana, tu y tus lindos escritos me dejan flotando entre tus lunas y bellas historias
ResponderEliminarabrazo sincero.
Dicen q el tango es una danza sensual, sin contenido erotico...
ResponderEliminarMe encantan y me cautivan tus letras, como siempre.
Besos.
Aunque pueda ser repetitiva, cada vez escribes mejor..y me gusta mas...besos
ResponderEliminarQue bello baile, y que sensualidad desprende.
ResponderEliminarLo has interpretado perfectamente.
Escribes de puta madre, lo sabias?...
Un abrazo cariño.
Pasado un par de años te vuelvo a leer y bailo ese último tango de pasión en tus letras como si fuera la única vez, y se me eriza la piel... Sublime!!!! Nos deleitas con tus cuentos, no dejes de hacerlo!!! Besooooooooo
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