Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

jueves, 31 de diciembre de 2009

UN CUENTO DE NAVIDAD CONJUNTO: "LA ILUSIÓN DE LUCÍA"



Fue una idea, de esas que a veces se me ocurre. Quería escribir un cuento de Navidad y al empezarlo pensé que estaría genial escribirlo con todos vosotros. Pero con todos ha sido imposible, sobre todo por falta de tiempo.

Nota: Para el próximo año lo planificaré con mucha más antelación ja ja ja ja ja ja.

Aún así, la experiencia de haber compartido esto con muchos de mis queridos amigos ha sido un placer.

Mi queridos Anabel,Milagros, Eurice, Gara, Sandra, Silvia, Cornelis, Adolfo Payés y todos los demás que me dejo en el tintero y que sois muchos, queda pendiente el que algún día escribamos algo juntos ¿vale?.

Y a los que habeis escrito, joder, y perdonar la expresión que se que es Navidad y no debería decir tacos, QUE OS LO AGRADEZCO DE TODO CORAZON:
YARDAN , CHARO, ANA, YAIZA, ARWEN,MANOLO JIMENEZ, JUAN, RAFA, SENSACIONES, HARGOS, LUNA, MARIA, ADELFA MARTIN, PACO ALONSO, NEL, MARI, REY SAGRADO, SIAB-MINIPRINCESAAZUL, NOE, CALAVERA Y DIABLITO.

REALMENTE ESTE CUENTO LO HABEIS ESCRITO VOSOTROS. Para mi desde luego será un recuerdo.

Y ya no digo nada más, simplemente desearos lo mejor para el año que se avecina. Que todos vuestros sueños y deseos se hagan realidad. Y nos vemos en Blogger, que lo sepais.

CUENTO DE NAVIDAD CONJUNTO: "LA ILUSIÓN DE LUCÍA"

Caía la noche y la pequeña Lucía apoyaba su carita contra la ventana para perder su mirada en las luces de las guirnaldas que adornaban la calle. Pronto sería Navidad y en sus sueños, papá regresaba a tiempo para cenar como una familia de verdad. Eran pocas las Navidades que podían estar juntos, los tiempos eran difíciles y las necesidades imperiosas, pero aquellas luces brillantes de colores la hacían creer que todo era posible.

De pronto comenzó a nevar, lo que era extraño porque en su ciudad nunca lo hacía. Siempre había visto en la televisión esos paisajes blancos donde los niños jugaban con sus trineos y hacían muñecos de nieve con una zanahoria por nariz. Se sintió feliz, tal vez aquellas imágenes tan lejanas podrían hacerse realidad. Por la mañana todo estaría cubierto de aquel manto inmaculado. Sería la mejor Navidad que recordaba de su corta vida.

Hacía mucho tiempo que soñaba con la nieve, y al comenzar a caer esos copos diminutos, que ella pensaba que eran de algodón, abrió la ventana y quiso tocarlos. En ese momento comprobó que, al calor de sus manitas, los copos se convertían en agua, limpia y fría, pero agua al fin y al cabo. Le sorprendió su suavidad, y aunque no fueran algodón, su tacto le encantó. Alzó su vista al cielo, para después cerrar los ojos y pedir ese deseo que tanto ansiaba. Alguien, hace mucho tiempo le dijo que el día que nevara en su ciudad podría pedir un deseo, y que la nieve se encargaría de cumplirlo.



Había llegado el momento, Lucía cerró sus preciosos ojos azules, y sintió como el corazón se salía de su caja, solamente de visualizar ese gran deseo, ese deseo que llevaba pidiendo mucho tiempo, y que casi nunca se cumplía. Recordó aquella Navidad cuando mamá y papá discutieron por algo que nunca llegó a comprender, pero desde ese día sus Navidades fueron muy distintas, ya no existía esa alegría, y papá se pasaba mucho tiempo fuera. Alguna vez había visto llorar a su mamá hablando por teléfono. Deseó con todas sus fuerzas verlos unidos, volver a ser esa familia feliz que tiempo atrás habían sido.

Tan fuerte fue su deseo de Navidad, que fue escuchado por la gran Dama Blanca que desde los confines del eterno tiempo escuchaba los deseos de los mortales. Le sorprendió ver el alma tan pura de la pequeña Lucia, que no pedía nada para ella, solo quería que su papa y su mama volvieran a encontrar el camino de su amor perdido, por ello por su bello corazón, la bondadosa Dama blanca decidió concederle su deseo, pero antes debería pasar una dura prueba.

La Navidad era la fiesta de la solidaridad y el compromiso con los demás, Lucía había pedido un deseo que era precioso pero había olvidado, sin darse cuenta, a todos para los que la nieve era frío, buscar un techo, algo de comida caliente... era preciso que recordará que el Amor es para con todos, especialmente para con los que menos tienen.

¿Cómo hacérselo comprender sin dañar tanta inocencia? Para ello la gran dama intento explicarle de la forma más sencilla, como podría conseguir ese Amor para todos los que lo necesitaran, y le dijo: “mira Lucia cuando vayas por la calle con tus amigos y veas a una persona ciega que quiere cruzar la calle, cógela de la mano y se sus ojos para ella, cuando veas a una persona mayor que lleva peso en sus manos, ayúdala liberándola de ese peso que lastima sus brazos y espalda, con todo esto conseguirás que su corazón y el tuyo latan de una forma muy especial y ambos sentiréis lo que es el amor en vuestros corazones”.

Así pues la pequeña Lucía salió a la mañana siguiente dispuesta a sentir en su compasivo y limpio corazón la señal de aquello que los mayores denominaban amor, desinteresado amor, aunque no sin cierta inquietud y desasosiego.

Ya vestida con su abrigo bien abotonado, su bufanda anudada al cuello, y sus pies bien enfundados en gruesos calcetines bajo las botas, abrió la puerta de la casa. Una ráfaga traicionera quiso impedirle con gélidos motivos la expedición que se proponía. Encogida y algo más desorientada que en los días anteriores, en que la nieve solo era un sueño, una quimera imposible de estampa navideña, enfiló sus pasos por las calles solitarias en busca del ser desvalido, necesitado de su pronto cuidado, aquel que habría de facilitarle, una vez consumado el buen gesto, la obtención del deseo que en su más intimo seguía anhelando con toda sus ansias y fervor.

Pero no había contado la pequeña Lucía que con la llegada de la nieve también el frió había hecho presencia con más furor y rabia de lo que era costumbre en su pequeña ciudad. Tras deambular por las principales calles seguía sin encontrar alguien que necesitara de sus favores, de su cariño y disposición. En verdad, tras más de media hora rondando de aquí para allá solo encontraba calles vacías y los pocos viandantes que se le cruzaba iban con prisas, deseando regresar nuevamente al calor del hogar.

El frío se había hecho intenso, duro y consistente, y Lucía empezó a no sentir sus pies y su cuerpo comenzó a temblar. Continuó caminando lentamente, apenas le quedaban fuerzas. Así que decidió regresar a casa antes de acabar congelada. En el camino de regreso, cuando sus esperanzas parecían esfumarse, divisó a lo lejos algo oscuro entre el manto blanco. Parecía un bolso o una maleta, se acercó y comprobó que era una manta gruesa de color burdeos y se sorprendió, casi se asustó, al percibir movimiento. Se inclinó para cogerla y al levantar su mano observó a un gatito tiritando. Lucía se emocionó al ver que el pobre gatito tenía tanto frío como ella y lo envolvió en la manta, se lo puso entre sus brazos y como pudo continuó caminando hacia su casa.


Cuando llegó, inmediatamente colocó al gatito justo al lado de la chimenea, con una mantita limpia y le acercó un tazón con leche. Se sentó a su lado y no se separó ni un instante del gatito y lo mimó muchísimo, acariciándole a cada momento, y hablándole dulcemente. Su madre le preguntó qué dónde lo había encontrado, que posiblemente sería de alguien y tendrían que devolverlo. Lucía se echó a llorar porque quería quedárselo, pero en seguida comprendió que su madre tenía razón y que si en algún hogar había un niño que había perdido su gatito estaría triste.

Pero de momento lo tendría, mientras el viento soplara con su aliento frio, ella lo tendría. Se abrazo a él, dándole el calor de su pequeño cuerpo, se recostó a su lado, mientras sus pequeños ojos azules, buscaban luces de colores entre las llamas de la chimenea. Su dama blanca estaba en ellas, mostrando una bella sonrisa. Bien hecho pequeña, todos necesitamos el calor de unas manos.

Al día siguiente Lucia salió de su casa dispuesta a encontrar al niño que había perdido a su gatito; triste porque le había cogido mucho cariño, pero sabiendo que lo tenía que devolver porque su dueño seguro que estaría más triste que ella, y buscando, encontró en la calle a un niño llorando y Lucia intuyó enseguida que aquel era su dueño. Mostrándole el gatito rápidamente el niño lo cogió en sus brazos y dejando de llorar le dio las gracias de corazón.

Contenta por tener dos nuevos amigos Lucia se despidió de ellos y siguió buscando lo que le había dicho la gran Dama blanca, alguien desvalido, para poder ayudar y conseguir su deseo. Llena de ilusión así lo hizo con la esperanza de que sus padres volvieran a estar juntos.

Ahora se sentía más segura, si había conseguido devolver al niño su gatito perdido podría ayudar a más personas y así la Dama Blanca le concedería su gran deseo.



Hacía un intenso frio pero ella iba con la esperanza de que habría alguien que necesitara de su ayuda. En un asiento del parque se encontró cartones amontonados y pudo comprobar que había alguien dentro. Sintiendo una gran pena y tristeza porque no tuviera un hogar y alguien que le brindara cariño y una taza de chocolate caliente, se acercó despacio y le preguntó si se encontraba bien y necesitaba algo.
De entre tanto cartón asomó una señora con la piel arrugada, sorprendida de que una niña estuviera preguntándole a ella, cuando todas las personas adultas no se dignaban ni tan siquiera a mirarla.

“¿Qué me puedes ofrecer dulce niña?”, le dijo aquella señora, y lucía con una gran sonrisa le respondió “Mi casa, un plato de comida caliente y ropa que seguro que mi mamá tendrá para Usted para abrigarla de este frío”.

Sorprendida, la anciana la miró de nuevo comprobando que lo que aquella niña decía salía de su corazón, y se alegró de encontrar un alma limpia, sincera, capaz de solidarizarse con personas que lo habían perdido todo.

“¿Pero tu mama me dejará entrar contigo?,” Preguntó la anciana y Lucía le respondió que no lo dudara tendiéndole su mano.

La pobre mujer, ante esa petición, se levantó y tomo aquella cálida mano y juntas se encaminaron a su casa. Al llegar y abrir la puerta, su madre se sorprendió, y Lucía le explicó porque la había invitado. Mirando a la anciana no pudo negarle el auxilio y más cuando su hija le estaba enseñando a ser solidaria “si su padre viera que grandes sentimientos tiene su hija…” pensó la madre.

Preguntándole a aquella mujer si no tenía ninguna familia y al ver que su respuesta era que no tenía nadie en el mundo, sintió que tenía que abrir esa puerta y dejarla entrar.

Lucía enseguida invitó a la anciana a sentarse delante de la chimenea mientras que ella y su madre se encaminaron a la cocina. Y en la espera, la anciana se quedo agradeciendo a Dios haber encontrado dos almas tan iguales que le estaba brindando un poco de calor.

Mientras que su madre calentaba un poco de sopa, Lucia cortó un trozo de queso y pan y al llevárselo la anciana comenzó a llorar y a darle gracias por el gesto. Con el tazón de sopa en sus manos bendijo a la madre por tener un ángel en su casa, y la madre de Lucía al oírla se conmovió pensando que aquella anciana debía haber sufrido mucho en la vida. Intentando no llorar se dirigió a su habitación para ofrecerle un baño caliente y ropa limpia para que se sintiera mejor.

La anciana por un momento pareció resistirse y Lucia empezó a sonreír diciéndole que a ella tampoco le gustaba mucho bañarse en días de frió. Y aquella mujer se rió. Hacía mucho tiempo que no lo hacía.

Cuando por fin se reunió con lucía, la niña la abrazó y le preguntó cómo se llamaba. “Me llamo Irene, ¿Y tú cómo te llamas?” le dijo la anciana.
“Lucía” le respondió la niña, un nombre que le gustaba mucho a mi abuelita paterna que falleció antes de yo nacer. Mi mamá se llama Ana y mi papa Gustavo. Nuestro apellido es Robles”

La anciana se puso seria primero, luego pálida, y lágrimas incontrolables rodaron por sus mejllas “Dios mío .¡gracias!, he encontrado a mi familia”.

Ana, al escuchar aquel grito, llegó rápidamente donde ellas se encontraban preguntando qué sucedía, y lucía emocionada se dirigió a su madre “mamá, mamá, que la señora dice que ha encontrado a su familia”

“Gracias al cielo he podido volver a casa. Ana yo soy Irene, la madre de Gustavo”.
Y sin mediar palabra Ana, al escucharla, corrió a los brazos de aquella mujer, entre sollozos, mientras le decía lo mucho que habían sufrido desde el día en que se fue de su casa, al poco de conocerla Gustavo a ella y dejarla embarazada y de cómo su marido le había culpado a ella de que no viviera con ellos, y de cómo sus discusiones eran diarias.

Irene, calmándola, trató de explicarla que al enterarse de que su hijo le había dejado embarazada, sabiendo que quería que se fuera a vivir con ellos, pensó que sería una carga y por eso se fue pensando que saldría adelante y que cuando lo lograra se pondría en contacto con ellos.
Lucía, empezando a comprender lo que estaba escuchando, le preguntó a la anciana “¿Entonces tú eres mi abuelita?”

“Sí hija mía yo soy tu abuela. Cuántas veces he pedido al cielo encontrarme con todos vosotros y al fin me ha escuchado”.

A la pequeña se le iluminó la cara y abrazó, de nuevo, con gran alegría a aquella mujer que había encontrado en la calle y que resultaba ser su abuela, a la que creía fallecida, pero la madre de Lucía no podía dejar de sollozar.

“¿Por qué lloras, hija mía? Al fin vuelve a estar la familia unida” dijo, preocupada, Irene.

“Porque no quiero ni pensar en todo lo que habrás tenido que sufrir durante todos estos años” contestó Ana. “¿Por qué no viniste antes? Aquí siempre has tenido las puertas abiertas, nos temíamos lo peor…”.


“Ciertamente no lo he pasado bien” contestó, pensativa, la anciana. “Verás, cuando marché tenía suficientes ahorros para intentar empezar una nueva vida y pensaba volver a ponerme en contacto con vosotros en cuanto pudiera valerme por mí misma… Cogí todo lo que me quedaba y marché en el tren, pero al llegar a mi destino unos vándalos me robaron todo lo que poseía, con lo que me quedé tirada en la calle, sin nada.”

“Vagué por aquella ciudad viviendo de limosnas y cada día veía más lejana la posibilidad de volver, a pesar de que lo deseaba más que nada en el mundo. No quería ser una carga para nadie ni que vierais lo bajo que había caído. Así fueron pasando los años y mi corazón se fue llenando de tristeza.”

“Pero hace unas pocas noches, en la primera nevada que había presenciado en mi ya larga vida, mirando las guirnaldas que adornaban la calle, sentí por primera vez en mucho tiempo un poco de calor en mi corazón y el deseo de regresar a mi ciudad se adueñó de todo mi ser. Tenía el dinero justo para el billete de tren, así que a la mañana siguiente me subí a él y emprendí el viaje de regreso a la ciudad adonde anteriormente había sido tan feliz, con la esperanza de volver a encontraros.”

“Pues Irene, estoy muy feliz de haberte reencontrado”, respondió Ana, aunque esta Felicidad no puede ser plena, pues Gustavo no está en esta casa”.

Sintiendo el amor en la voz de Ana, no lo dudó y pidiéndole el número de teléfono de su hijo le rogo que le dejara hablar a solas con él. No quería que ni ella ni Lucía se enteraran de lo que quería hablarle, porque Intuía que una buena parte de culpa del huir de Gustavo había sido por la desilusión de no tener presente a su madre en la nueva y maravillosa vida que habían decidido tener tras quedarse Ana embarazada…

Irene pulsó la tecla de llamada. Un tono, dos tonos, tres… cuatro… cinco… hasta que la voz de su hijo se hizo presente.

“¿Qué quieres esta vez, Ana?” fue la respuesta que escuchó la anciana llenándole de una gran emoción pues hacía mucho que le hubiera gustado hablar con su hijo.

“ No, te equivocas, Gustavo, hijo mío, soy tu madre” respondió Irene con la voz casi quebrada.

Se hizo un silencio sólo roto por el latido de sus corazones.

“¿Eres tú realmente, madre? ¿Cómo es posible?” preguntó Gustavo.

“Sí, soy tu madre y necesito hablar contigo para decirte, Gustavo, que dentro de poco estaremos todos reunidos de nuevo. Lo sé”.

“Madre, tengo tantas cosas que preguntarte, que decirte, quiero verte…”

“Y nos veremos, hijo mío, mañana, por la tarde en la plaza donde te llevaba a jugar de pequeño el día de noche buena ¿lo recuerdas?.

"Claro que sí madre, y allí estaré. ¡Dios, no puedo creerme que esté hablando contigo!"

"Pues esta soy yo, y no es un Sueño, hijo mío".

"Está bien, madre. ¡¡Allí nos vemos!!".

Irene, tras colgar el teléfono, salió de la habitación. Madre e hija le vieron un brillo muy especial en los ojos y una fuerte determinación…

“¿Qué te ha dicho?” preguntaron ambas a la vez, e Irene, con una sonrisa les respondió “Mañana por la noche, él mismo os contestará a esa pregunta”.

La noche se llenó de emoción y a Lucía le costó dormirse. Habían pasado tantas cosas ese día... Pero al final el sueño la venció y la mañana llegó rapida. Al despertarse fue corriendo a la cocina y allí se encontro con su madre y su abuela que charlaban mientras preparaban el desayuno. Al contemplarlas se sintió feliz.

Durante casi todo el día charlaron las tres tratando de resumir aquellos años de ausencia. Y hubo lágrimas y hubo risas, y la tarde también llegó rapidamente.

Casí habían olvidado que era el día de nochebuena y mientras Irene se preparaba para salir a encontrarse con su hijo, Lucía y su madre, sin saber lo que iba a pasar, comenzaron a preparar juntas todas las viandas que servirían en su mesa.

Cuando Lucía vió que su abuelita iba a salir a la calle, sintió miedo al pensar que a lo mejor no volvería, pero Irene la calmó "En un ratito volveré, mi querida niña y celebraremos esta noche".

Nunca un camino se le hizo tan largo para Irene. Quizás sí, el camino que recorrió el día que se separó de su hijo. Pero por fin llegaba a aquel parque y cerca de un banco reconoció a su hijo, y él a ella. Antes de poder decir nada, Gustavo corrió hacia ella para abrazarla, sintiendo como sus lagrimas mojaban su cara ¿o eran las de ella?.

Cuando por fin ambos se calmaron, hablaron largamente de todo lo sucedido, de por qué Irene se fue y lo que después ocurrió. Y hubo un tiempo para el perdon por la ausencia, en el que Gustavo sólo podía sentirse dichoso por haberla encontrado, y de qué forma tan extraordinaria. Y hubo un tiempo para la reflexión por entender cómo podría sentirse su hija con su propia ausencia"

"Tienes una familia Gustavo que te quiere, una mujer enamorada y una hija adorable. El motivo que os separaba ya no existe y tienes que volver porque ellas te esperan, siempre te han esperado", le dijo su madre. "Hoy he sentido cómo duele perder los momentos con quién de verdad se ama, y no quiero que a vosotros os pase lo mismo, pues veo tanto amor..."

Gustavo escuchó cada una de esas palabras y presa del temor de que a lo mejor fuera tarde para recuperar lo que había perdido, corrió hacia su casa. Al llegar frente a la puerta tocó el timbre y espero a que le abrieran y al ver que nadie lo hacía, decidió usar su llave. Mientras abría esa puerta el corazón se le revolcó de nervios y angustia al no saber dónde podría estar su familia.

Entró, recorrió la casa y en cada rincón sintió lo mucho que amaba a su mujer y lo que, con desesperación y locura, sentía por su hija. En el salón, tomó una foto que estaba colgada en la pared y no pudo contener las lágrimas mientras cerraba los ojos y pensaba que estúpidos habían sido sus pensamientos, el temor de perder lo que más amaba, primero, su madre, y ahora, quizás su propia familia. Y abrazó fuertemente esa foto de su hija contra su pecho, rompiendo el cristal que la cubría, al tiempo que la pequeña Lucía y su Madre aparecían en el salón llevando unas bandejas con dulces de navidad.

“Papá” Gritó Lucía, soltando la bandeja que cayó al suelo y corriendo para abrazarlo.

Mientras sostenía a su hija, Gustavo giro su cara para contemplar el rostro de su mujer. “Perdonadme las dos, he sido un estúpido al no darme cuenta de que estaba perdiendo lo que más amo en esta vida, simplemente por no querer perderlo y separándome más y más de vosotras”.

Ana simplemente corrió a abrazarlo al tiempo que le decía “Gustavo ésta es tu casa, ésta es tu familia, y nunca te vamos a dejar amor”.

Mientras le besaba en la frente sonó la puerta y Lucía corrió abrir sabiendo que la que llamaba era su abuela.“Abuela, Abuela, papá ha regresado a casa, ven rápido para que lo vea con tus propios ojos”.



Antes de empezar a cenar Lucía contempló a su familia. Por fin estaban todos juntos. Quizás era pequeña para entender algunas cosas pero no para sentir que, sin darse cuenta, había encontrado el espíritu de mi navidad, de vuestra navidad. En definitiva, como la dama blanca dijo, el espíritu de la navidad de todos y cada uno de nosotros, el que alberga luces de colores y estampas navideñas de otras épocas y que habita en nuestros corazones.

Entonces oyó música y voces. Asomada a la ventana vio a un grupo de niños que cantaban villancicos y llamó a su familia, y sintiéndoles a todos tan cerca de ella dio gracias por aquella navidad.

Al despertar a la mañana siguiente su habitación se encontraba llena de luz, y al mirar a la calle vió como el sol brillaba con más intensidad que nunca reflejándose y multiplicándose en las aceras cuajadas de nieve. Un año más, como desde antaño, se alzaba el Sol invicto...Y con él la esperanza de millones de personas celebrandolo.

viernes, 25 de diciembre de 2009

EL CUENTO Nº55 DE LA LUNA OSCURA. EL ARBOL DE NAVIDAD.





En espera de ofreceros a todos un cuento muy hermoso de Navidad que todavía no se ha terminado, hoy os regaló a todos, mis queridos amigos éste, con mis mejores deseos para todos.

Por fin había llegado el momento y el viejo abeto contemplaba desde su pequeña cima como el bosque, adornado con el manto blanco de la nieve y los frutos rojos del acebo, gritaba la cercanía de la Navidad.

Pronto llegarían los niños que, entre juegos y risas, ayudarían a elegir a sus padres el árbol que les acompañaría durante esa festividad, y los jóvenes abetos esperaban impacientes aquel momento para que sus sueños se hicieran realidad..

Cuántas navidades había contemplado desde allí a esos pequeños soñando que las siguientes alguna familia le ofreciera su calor. Pero eran tan grande el viejo árbol y tan hermoso coronando aquel lugar, que si bien todos se paraban a admirarle, ninguno se atrevía a arrancarle de esa tierra para llevarle a su hogar.

Poco a poco fueron llegando y, sin despedidas tristes, el viejo árbol se dio cuenta de como de nuevo permanecería sólo en su cima. Aquel año supo que nunca sería engalanado con guirnaldas ni esferas brillantes de cristal. Que nadie colgaría en su rama dulces ni campanillas. Tampoco daría sombra a los regalos de navidad...

Y llegó la noche, y con ella despertó la luna que al descender por su montaña sintiendo el frío del manto blanco, escuchó la melancolía del viejo abeto en sus ramas convirtiéndose en cálida ternura dentro de su corazón.

Sin pensarlo, sintió su sueño y lo hizo suyo haciendo cómplice a su cielo que no podría negarle el favor.

Y llamó a las nebulosas y a través de ellas pudo abrazar a su amigo dejando sobre sus ramas un hermoso espumillón.

Las estrellas brillantes, en su emoción, le regalaron pequeños destellos iluminando su verdadero interior.

Y sintiendo la sorpresa de su árbol amigo, la eterna luna, derramo con él lágrimas de alegría heladas con las que preciosas figuras confeccionó.

Tan sólo quedaba un último adorno y de nuevo las estrellas se ofrecieron a tal labor y entre todas eligieron a la más hermosa que en su cima le coronó.

Cuentan que aquella noche un niño desde su casa contempló como desde la montaña la luna, cerca del abeto grande, descendió. Viendo como la dama blanca le adornaba aviso a su familia, y ésta a la familia amiga y en pocos minutos la noticia se extendió. Y todos los habitantes del pueblo cercano al bosque salieron de sus casas para contemplar de cerca aquella decoración.

Nunca un árbol de Navidad fue tan hermoso como aquel ni tan dichoso en su corazón, sintiendo de cerca lo que soñaba, siendo testigo del verdadero calor.

Y año tras año aquellas familias acudieron en noche buena a aquel bosque para festejar todas juntas aquella celebración , encendiendo una gran hoguera, bajo la copa del viejo abeto y de la luz de la luna daban fe del verdadero amor.

Pues la Navidad no son regalos y menos una simple decoración. Es el compartir con quien se ama momentos de cercanía y de calidez de corazón.

FELIZ NAVIDAD PARA TODOS.


jueves, 24 de diciembre de 2009

ESTA NOCHE ES NOCHE BUENA Y MAÑANA.... NAVIDAD





Últimamente me parezco al conejo de cuento de Alicia en el País de las maravillas con el "Que no llego, que no llego".

Y es que de verdad que creía que no llegaría a tiempo para DESEAROS A TODOS UNA FELIZ NOCHE Y UNA MEJOR NAVIDAD.

Para hoy me hubiera gustado publicar un Cuento muy Especial, pero como que todavía no se ha terminado. Bueno, todavía hay días.

También me hubiera gustado ir a visitaros a cada uno de vosotros y desearos lo mejor, pero de verdad que hasta el último momento he estado trabajando.

Y encima no para de llover. MADRRE MÍA LA QUE HA CAÍDO ESTA NOCHE POR AQUÍ, si ha habido un momento que pensaba que era el final... EL FINAL DE MIS ELECTRODOMÉSTICOS, PORQUE SE ME HA INUNDADO LA COCINA.

Sí chicos hasta en estos días mis cosas raras no me abandonan. Pero, con fregona en mano y todo, me lo estoy tomando con mucho sentido del Humor porque esta noche es la noche, y doy gracias de que puedo pasarlas con mi familia. Dentro de un rato saldré para casa de mis padres y empezará el Show.

Bueno que no me quiero alargar mucho, este es mi mensaje para todos.

OS DESEO DE TODO CORAZÓN QUE PASÉIS UNA NOCHEBUENA LLENA DEL CALOR DE LOS QUE AMÁIS Y OS AMAN Y UNA NAVIDAD QUE SEA COMO UN CUENTO.

Y villancico, por supuesto, que esta noche hay que pedir el aguinaldo y tengo que empezar a practicar. Villancicos populares - Ande, Ande, Ande.

UN BESO MUY GRANDEEEEEEEEE

domingo, 20 de diciembre de 2009

¿QUÉ TAL SI COMBATIMOS CON HUMOR EL STRESS PRENAVIDEÑO? JA JA JA JA JA JA. UNA DE COMIDA DE EMPRESA.




Ya estamos casi a punto de que llegue Navidad, y vamos todos más acelerados que ná.

Como mi padre, que casi no puede con sus piernas pero nos tiene a todos en jaque de un lado para otro para que no falte de nada. Que si el queso de Ocaña, las pastas de almendra del pueblo ese de Toledo que son estupendísimas, que si a Madrid a por un turrón que sólo se encuentra en una tienda cerca de la plaza mayor... Por no contaros los centros comerciales que vamos visitando porque no es capaz de encontrar todo en un sólo sitio.

NOOOOOO cómo va a encontrar todo en un sitio. No que vah, tenemos que recorrernos media geografía española en busca de aquellas cosas que sin ellas no sería Navidad... Y por supuesto el veinticuatro visita obligada por la mañana al Dagustin a por marisquito fresquito porque no hay otro sitio mejor. Márcate 100km con tu padre diciéndote que no vayas tan deprisa con el coche y que tengas cuidado con la curvita esa "que tú te confías pero tiene mucho peligro", cuando eres alérgica al anisakis y ni vas a catar una triste gamba. MANDA LECHESSSSS.

Vamos, que en casa de mis padres los días antes de Navidad parecen los preparativos de una operación de esas de guerra mundial. Os lo digo: el día D se queda chico a su lado.

Y luego, claro, hablamos de crisis pero llegan estas fiestas y en la medida que cada uno puede tira la casa por la ventana, y no digáis que no. Y lo bonito que queda decir "no si yo con unas patatas fritas y un huevo frito cenaba más que bien". Pero vamos que le cascamos a mi padre unos huevos estrellados... y nos los estrella a mi madre y a mí en la cara ja ja ja ja ja ja.

Vamos, con la ilusión que tiene mi padre por esos días le vas a poner de cenar en Nochebuena o de comer en Navidad eso o unas lentejas. Nota: con lo que me gustan a mí las lentejas, hummmmmmm que ricas. Pero es que mi padre le pone muchas ganas, sobre todo por nosotros y aunque luego se tenga que ajustar el cinturón, en estas fiestas intenta dárnoslo todo y que no nos falte de nada.

Bueno ya me he liado, hablábamos del stress pre navideño, que si no es suficiente con ir de compras de un sitio a otro en busca de delicatessens para el sibarita de la familia, y de escribir las cartas correspondientes a papa Noel y a los reyes, porque es que ahora hay que escribir dos cartas (yo cuando era pequeña no tuve tanta suerte, sólo le escribía a los reyes magos), tenemos que cumplir con la obligada cita de LA COMIDA O CENA DE EMPRESA. Nota: aquí tenía que haber sonado música de terror.

En mi caso ha sido comida y como todos los años no quería ir. Es que digamos que yo trabajo en una empresa que pertenece a un grupo y en esa comida se juntan casi doscientas personas que evidentemente casi no se conocen entre sí. Sí es como una comida de super compromiso.

Pero bueno, al final, como cada año he ido sobre todo por mis compañeros y porque al final siempre acabas pasándotelo bien. Y, venga lo confesaré, porque ya que no nos dan aguinaldo, que leches, para una cosa gratis que nos ofrecen los jefes hay que aprovecharlo, ja ja ja ja ja ja.

Mis compañeros y yo siempre decimos lo mismo todos los años "El que deje algo en el plato cobra" "Y el que le haga la pelota al jefe cobra más".

Anda que ayer no tuve que ser testigo de peloteos. Porque una cosa sí que yo no soy, y es pelota. Buffff no puedo. Y eso que no me llevo mal con mi jefe pero que no me sale, como mucho un "Feliz Navidad", pero eso de decirle "Antonioooooo vente conmigo a hacerte una fotito" como que no. Como que no me cae mal pero que no le quiero en un álbum de recuerdos, prefiero seguir viendo su nombre en la nómina y en las pagas extras ja ja ja ja ja ja. Nota: Evidentemente mi jefe no sabe que tengo un blog. ja ja ja ja ja ja.

Encima este año mis compañeros y yo planificamos mal la operación Comida de Empresa (teníamos que haberle pedido asesoramiento a mi padre). Fuimos cinco y como todos los años intentamos ir un poquito antes para coger un sitio estratégico. Como somos más chicas pues tenía que ser uno que estuviera cerca del baño para no hacer el paseíto delante de los demás trabajadores que son casi todo hombres (es que es una vergüenza de verdad) y por supuesto un sitio donde pudiéramos sentarnos los cinco juntos.

Pero pobres de nosotros que ayer con tanto stress, porque algunos también tuvimos que trabajar, llegamos con la hora pegada y nos tuvimos que sentar en una mesa larguísima toda llena de hombres y encima lejísimos del baño. Vamos que mis tres compañeras y yo estábamos acobardaitas.

Monísimas, divinas de la muerte, pero acobardaditas entre tanto estrógeno. Y cuando tuvimos que ir al baño, ya sabéis cita obligada, nos tuvo que acompañar el único varón entre nosotras, mi compañero, que ayer casi se gana el cielo entre los halagos que nos hizo a todas y lo servicial que estuvo. (Vamos que si no es servicial le linchamos entre las cuatro, ósea que no le quedó más remedio al pobre).

Y digo que casi se gana el cielo porque el muy cabrito se pasó de copas y al final yo que no conducía me tocó conducir de vuelta. Pero bueno, no todo iba a ser perfecto y al final nos hemos librado del momento villancicos que en esas comidas surge cuando ya todos van pasados un poco de copillas, por lo menos en mi empresa.

Lo importante: con tanto hombre y todo, ayer logramos comer agusto cumpliendo el objetivo de comerlo todo. Vamos que nos pasamos demasiado comiendo y anoche tuve que tirar de antiácido para ver si conseguía bajar la comida.

El mensaje navideño de mi jefe, porque todos los años como el rey nos hace llegar uno, fue el de "Hay que tirar del carro" Digo yo que se refería a la crisis, porque si encima de que ahora que tenemos que aguantar carros y carretas, tenemos que tirar de ese carro pues tú dime a mí. Y todo esto sin saber cómo es de grande el carro ese de las narices, ja ja ja ja ja.

Pero bueno que se le ha entendido y yo simplemente le saco un poquito de punta. Que tengo que dar gracias y de verdad las doy por poder haber ido a una comida de empresa que mucha gente este año no puede decirlo.

Que no estoy siendo pelota, que noooooo, que es que es así, que está claro que la cosa está muy mal y que hay que tirar de ese carro como sea, y que si hay que gastar un poco pues hay que gastar sin olvidar lo que nos está tocando vivir.

Joder que seria me he puesto, que me he parecido a mi jefe y todo, y eso noooooooooo. Bueno que para los que os haya tocado ir de comida o de cena de empresa espero que lo hayáis pasado bien, y para los que no han podido seguro que vendrán tiempo mejores y si sirve de algo os diré que creo que yo ayer me comí vuestra parte. Joder todavía me duele el estómago. ja ja ja ja ja.

Hoy más sress, pero del bueno. HA LLEGADO POR FIN MI SOBRI y aunque tengo que trabajar tendré que sacar también tiempo para discutir un poco con ella y contarnos nuestras cosillas, ja ja ja ja ja.

Pero esto es lo que tienen los días pre fiestas: un sin parar. Así luego nos pasa a muchos que cuando por fin comienzan estamos deseando que terminen.

Y ahora os dejo, por supuesto, con un villancico que ya es tiempo pero con un toque de humor para que nos desestresemos todos, ja ja ja ja ja. Melendi-ya llego la navidad.

Un besito muy fuerteeeeeeeeeeeeeeeee.









miércoles, 16 de diciembre de 2009

Y VA A LLEGAR EL DIA 22 Y TODAVÍA NO HE SACADO ESTE MEME. UNO DE PREMIOS Y LOTERIA.


Lo se soy un desastre incorregible, pero hoy hago propósito de enmienda sobre todo con algunos de vosotros que últimamente os habéis acordado de mi a la hora de compartir premios y memes. A todos vosotros muchas gracias.

Sí hoy toca compartir Premios, así que vamos a ello.




Empezamos con este premio, EL PREMIO PRINCESS que me llega de las manos de Iradai y su blog Rebuscandolapeli.com.

¿Qué os diria de este blog? Pues que Iradai se lo curra mogollon en él. No sólo te informa de los nuevos extrenos, bandas sonoras... Me encanta su sección dedicada a los cortometrajes, y hasta tiene un concurso de adivinar quién se trata. Sin duda os lo recomiendo a todos.

Bueno este Premio tiene unas Reglas:

1) Darle las gracias a quien te lo otorgó: MUCHISIMAS GRACIAS IRADAI

2) Decir el autor que te encanta: Buffffff,qué difícil. Es que no me puedo decidir ahora por uno. Pero venga elijo a Gabriel Garcia Marquez.

3) Nombrar al autor que más detestas: Detestar lo que se dice detestar, como que no, así que no me mojo, que todos tienen sus méritos. Aunque no me gustan los autores de Biografías de Reinas y Gente Famosa (lo siento).

4) El librito que más te encanta: Buffffff, todavía más difícil, pero si me tuvieran que enterrar con uno me gustaría que fuera con "Nada" de Carmen Laforet, o "Primera Memoria" de Ana Maria Matute. Claro que tampoco me importaría con "El Diario de Ana Frank", o "El Clan del Oso Carvenario" de Jean M. Aue. No si al final pido que pongan estanterías en mi ataúd. Ja ja ja ja ja.

5) Qué te emociona siempre: Algunas canciones, La sonrisa de mi sobrina, una Luna hermosa. No sé, muchas cosas, la verdad.

6) Algo que odies: Me quedo con Iradai en cuanto a las injusticias. NO LAS SOPORTOOOOOOO.

7) Pasar este premio a 7 blogs

Lo siento, y con mucho respeto me salto esta regla y nomino a todas las Princesas que escribís en vuestros Blogs. Así que ya estáis viniendo todas, pero todas a llevároslo.

PREMIO LAZO DE AFECTO




Y UN ABRAZO



Estos premios me llegan de Anabel Botella y su Blog La Ventana de los Sueños.

Estamos todavía de fiesta, celebrando su cumpleaños, pero no por ello me voy a olvidar de decir que para mi Anabel es una de las mejores escritoras de relatos que conozco. En su blog además de demostrarlo nos acerca cada día a la literatura. Se que algún día conseguirá su sueño porque sólo tenéis que ver la calidad de sus escritos para daros cuenta.

Debería de nominar a diez personas para el primero de sus premios, pero espero que me perdonéis, y siga nominando a todo el mundo que quiera aceptarlo. Para mi sería un placer. UPSSSSSSSSSS que fina que me he puesto, vamos que os lo llevéis, que tengo que ir haciendo hueco por aquí, ja ja ja ja ja.

PREMIO MIEDOSO



Bueno pues este premio me lo ha otorgado El miedoso y su blog El Portal. De este Blog diré que reune los elementos para darte un buen susto: historias de terror, imagenes fantasmagóricas y una banda sonora que me encanta. Si queréis pasar un rato de miedo no lo dudéis y visitarle.

PREMIO BLOG DE FANTASIA.



Este para mi es muy especial, me llega de las manos de Luna y su Blog El Pequeño Mundo de las Hadas.

De Luna podría decir mucho, porque siempre está y me parece que es una trabajadora nata. Sus poesías son hermosas. Hace poco trajo a su blog de Poemas de Luna uno de una Luna Triste y me conmovió profundamente. A parte de este blog de hadas, podéis, los que queráis, descubrir que tiene otros blogs a cual más interesante (a mi el que desborda pasión me encanta).

Este premio tiene sus reglas que son:

1-Mencionar y enlazar a quien lo concedido: HECHO

2-Explicar de que se trata el premio.El premio se trata del reconocimiento a esos blogs que nos transportan a un mundo de fantasía. Porque si perdemos la fantasía dejaremos de ser niños, y todos lo somos, yo sobre todo.

3-Elegir y enlazar cinco blogs para continuar el premio. ME LO SALTO porque encuentro tantos que a mi me hacen soñar, que limitarme a cinco sería un pecado. Ah que leo que las reglas son inalterables. Bufffffff que dilemaaaaa. Pues entonces me lo voy pensando. Vale ya lo tengo.

- Arwen y su blog
Alas de Fantasía. ¿Cómo podría no nominarla a ella en primer lugar, si es la princesa Elfica por excelencia?. Siempre que entro en su blog, me transporto a ese mundo de magia y a veces me siento de verdad como una niña disfrutando de las ilustraciones.

- Mi amiga Nel.LA, y su blog
Unicornios Plateados. Desde que la conocí he sentido que estamos conectadas en esa melancolía que tiñe, a veces, nuestros trabajos. Ahora me ha sorprendido con el sueño de la ninfa.

- Max y su blog
Eterno Crepuscular. De este Blog diré que es de esos que hay que leer despacio para saborearlo, todavía tengo una historia a medias.

- El Miedoso y su blog
El Portal. Creo que dicho lo anterior, cualquier explicación sobra. Es que me encantan las historias de miedo.

- Y por supuesto mi coescritor favorito C.G. y su blog
Calavera y Diablito. Porque en su blog es fácil transportarse muchas veces a un mundo de fantasía, aunque de miedo.

4-Anotar las reglas.

5-El diseño y reglas del premio son inalterables.



Por último me llegó hace unos días de manos de mi amiga Yaiza y su Blog Alma Perdida algo que ya ha ido circulando por otros Blogs. Una participación de lotería que ha llegado a través de Alas de Plomo y esta entrada http://alasdeplomo.com/2009/11/14/regalamos-loteria-de-navidad-2009/, donde se explican las reglas de esta participación.

He visto que este premio, porque es un premio ha ido circulando por muchos blogs, así que invito a todos aquelos que no lo tengais a visitar esta entrada para participar de él.

Y Gracias Yaiza por haber pensado en mi. Por cierto niña QUE FELICIDADES POR ESTE AÑO EN EL QUE TU ALMA Y TÚ HABEIS COMPARTIDO TANTO EN ESTE MUNDO DE BLOGGER.



Ahora entendereis porque tenía que sacar esta entrada yaaaaaaa.

Bueno y ahora os dejo mandandoos a todos un besito muy fuerteeeeeee.

lunes, 14 de diciembre de 2009

HISTORIA DE UNA NEVADA. QUÉ TAL SI HABLAMOS DE LA DE HOY. JA JA JA JA JA JA JA JA




Ayer me acosté con la imagen de la chica del tiempo que no dejaba de repetir "No se sorprendan ustedes mañanas si al despertar se encuentran todo cubierto de nieve". Al final conseguí callar su voz y quedarme dormida, aunque no consigo recordar si soñé o no soñé.

5:05 horas del Lunes. Me despierto dispuesta a enfrentarme a un nuevo día de trabajo. En ese momento no me acuerdo de la chica del tiempo. La verdad es que a esas horas no se ni cómo me llamo.

5:10 horas del Lunes. Salgo del baño dispuesta a vestirme, levantó la persiana y se me queda una cara de gilipollas que ni os cuento. Lo primero que pienso: "Joder la jodía ha acertado". Lo segundo: "Joder, Joder, Joder". Lo tercero: "hay que joderse qué hago voy a trabajar o no".

Nota: lo sé a veces digo demasiadas palabrotas. Pero hoy no era para menos. Y si "joder" lo dice Hugh Grant en "Cuatro Bodas y un funeral" yo también puedo hacerlo.

5:12 horas del Lunes. Después de pensarlo decido que me voy a jugar el cuello por mi jefe, aunque se que no me ascenderá, ja ja ja ja ja ja. Me enfundo la ropa y unas buenas botas y cierro la puerta encomendándome a todos los santos. Quito la nieve de encima del coche y consigo arrancarlo con algo de esfuerzo.

5:20 horas del lunes. Tomo la carretera comarcal que me llevará al acceso a la Carretera de Valencia. Empieza a nevar cada vez más fuerte, pero como la nieve esta sin pisar como que consigo controlar el coche. Entonces pienso en qué tengo cadenas por si la cosa se complica. Sí, claro que las tengo, pero de qué me vale si no tengo ni puñetera idea de cómo ponerlas. Y no dejo de repetir en mi mente " La madre que me parió sólo se me ocurre a mi ir a trabajar con este tiempo".

5:30 horas aprox. del lunes. (por culpa del miedo empiezo a perder la noción exacta del tiempo). Me incorporo a la carretera de Valencia. Lo sé estoy como una puñetera cabra, pero no me queda otra. Cada vez nieva más fuerte y veo que alguien me sigue: EL QUITANIEVES. Qué malaaaa suerteeeee ya podía ir delante de mi y no detrás.

Nota. Luego me diréis que parece que todo me pasa a mi, pero os lo prometo, iba detrás de mi, ja ja ja ja ja ja ja.

6:00 horas aprox. del lunes. Al final consigo llegar al trabajo. PRUEBA SUPERADAAAAAA. Pero entonces empieza la verdadera pesadilla.

Yo y mi compañera empezamos a oír a eso de las ocho de la mañana que van a empezar a cortar las carreteras y que el temporal es bastante severo y no dejamos de preguntarnos si volveremos a casa. JODER, JODER, JODER.

¿Os imagináis? Si ya de por si es duro ir a trabajar ocho horas, pensar que tenéis que permanecer en vuestro lugar de trabajo un día entero, porque encima yo trabajo a pie de carretera.

Han sido unas horas largas en las que no dejaba de mirar por el ventanal. A veces me daban hasta ganas de llorar. Y no dejaba de pensar en mi pobre perro, en qué sería de él todo el día encerrado sin mi.

Entonces me he acordado de la serie de "EL ULTIMO SUPERVIVIENTE", y casi me decido a emprender la marcha a pie. Total no son tantos kilómetros y campo a través seguro que lo conseguiría, pero luego he pensado "Ana, desde luego que estás gilipollas, y cada día que pasa más porque mira que pensar que lo lograrías, ¿Tú? pero si cuando sales a pasear tropiezas con la única piedra del camino. Desde luego..."

Nota: Lo sé eso de hablar conmigo misma está yendo de mal a peor. Ja ja ja ja ja ja.

Al final ha resultado que estábamos casi en el punto más negro de todo el temporal en la zona de Madrid, y a mi compañera y a mi no nos ha tocado otro remedio que racionar las chocolatinas y los refrescos para por lo menos dos días, por si acaso los equipos de salvamento no lograban llegar hasta nosotras, mientras pensábamos lo bueno que estaría un cocidito.

Pero como todo no puede ser tan negro, y yo me merecía un final feliz aunque haya sido sin cocido, que para finales tristes ya tengo mis cuentos y quien dice un cocido se conforma al final con cualquier cosilla, ja ja ja ja ja, a eso de las dos de la tarde las maquinas quitanieves tenían controlada la Carretera de Valencia, incluso la comarcal que me lleva a mi pueblo. HURRA, HURRA, HURRA, porque en la última nevada grande casi no llego a mi casa.

Y claro una vez que todo estaba bajo control ha dejado de nevar.

15:30 Horas. Llego a mi casa, y no me he tirado al suelo para besarlo cuando he bajado del coche, porque había demasiada nieve y seguro que luego me iba a costar levantarme.

Aunque al final casi lo beso cuando he sacado a mi perro. Menudo escurrión me he metido.

Me he cambiado, he comido algo, he llamado a mi familia para decirles que había llegado sana y salva, y entonces me he puesto a escribir.

¿Qué sería un invierno sin una buena nevada? Y encima en vísperas de Navidad...

Mejor hoy no contesto a esta pregunta que todavía estoy demasiado sensibilizada con el tema.

Bueno vale, lo diré, que a mi me encanta la nieve, que hace que los paisajes sean hermosos y todo eso, que si me animo hasta voy a hacer un muñeco de nieve, pero que hoy casi me consume los nervios. Definitivamente debería estar prohibido que nevase los días que hay que ir a trabajar.

Y mañana ¿nevará? No quiero ni pensarlo no vaya a ser que no duerma, porque encima ahora no tengo excusa para no ir a trabajar porque ya he ido hoy. Ja ja ja ja ja ja ja.

Por cierto ¿sabéis alguno poner cadenas? ¿Podríais explicarme cómo leches se ponen?

Un besito muy fuerte para todos y por supuesto un exitazooooooo.





jueves, 10 de diciembre de 2009

UNA ENTRADA SOLIDARIA CON MUCHO CORAZÓN.




Hoy me tengo que poner seria, bueno sólo un poco porque ya sabéis algunos como soy y cuando hago este tipo de entradas siempre intento haceros sonreír.

Sin duda, la culpa de que hoy no me ría tanto la tiene la FUNDACIÓN JOSEP CARRERAS (ya sabéis que siempre tengo que echarle la culpa a alguien), que se ha puesto en contacto conmigo para invitarme a participar de una iniciativa navideña que sinceramente me ha parecido muy original.

Bueno, confesaré que al principio pensaba que era una broma, pero cuando he hablado con ellos y me lo han explicado todo, me he dado cuenta de que no, de que esto es algo real y muy hermoso.

Por eso quiero compartirlo con todos vosotros e invitaros a que también participéis.

La Fundación Josep Carreras quiere celebrar estas Navidades consiguiendo "corazones contra la leucemia" para aportar un poco de esperanza a los pacientes que padecen esta enfermedad.

Se trata, como dice mi amiga Isol, de una oportunidad para dar ánimos a gente que lo necesita.

Y qué tenéis que hacer, tan sólo mandar una foto de vuestro corazón, haciendo uno de papel con vuestros mejores deseos para estas fiestas, como ya lo ha hecho mucha más gente. Ese corazón y vuestro mensaje será publicado en un Blog que esta fundación ha creado.
CORAZONES CONTRA LA LEUCEMIA.



Yo llevo toda la tarde haciendo el mío, retomando así las clases de papiroflexia que tenía un poco abandonadas, pero haciéndolo con mucha ilusión porque creo que la causa lo merece.



Venga, anda, animaros todos: merece la pena entregar un trocito de nuestro corazón para dar esperanzas y ánimos.

Aquí os dejo el Banner que yo colgaré en mi blog y que espero que muchos os llevéis también
.



Un besito para todos.

lunes, 7 de diciembre de 2009

HALA A DECORAR TODO EL MUNDO SU CASA, JA JA JA JA JA JA




HOLAAAAAAAAAAA.

Madre mía, si parece que fue ayer y ya estamos otra vez en diciembre. POR DIOSSSSS QUE NO PASE TAN DEPRISA EL TIEMPO. Si todavía estoy casi que haciendo la digestión de la cena de nochebuena del año pasado y ya hay que prepararse para la siguiente.

Nota: recordar donde puse los vaqueros que me quedan un poco grandes porque seguro que los lleno cuando acabe el mes ja ja ja ja ja ja.

Y claro... todo son preparativos y más en este puente. Y si vas a los centros comerciales como que te contagias. Tanta lucecita, tanto rojo y dorado, vamos que se te van los ojos. Y yo todavía sin poner el árbol de navidad. Bueno, todavía me queda algo de tiempo.

Aunque aquí, en mi pueblo, mis queridas asiduas ya han empezado LA OPERACIÓN:"Decoración Navideña, a mi me queda mejor que nadie". Y si vas a comprar el pan te encuentras cantidad de papa noeles colgados de los tejados, de las ventanas, trepando por las paredes. Todo un ejercito: Casi que da hasta un poco de grima.

Y luego lucecitas por todos los lados, por las ventanas, en los arboles, en los balcones donde también ponen árboles con más lucecitas. Vamos que de noche esto parece Las Vegas, ja ja ja ja ja.

En eso si que no compito con ellas, porque a mi me va, y sorprenderos, algo más tradicional y sencillo, y ahora más, que he descubierto como hacer mis propios adornos. Vamos que he aprendido hacer unas bolas para el árbol que esas si que darían envidia a más de una.

No se qué pasa conmigo, soy una contradicción en mi misma porque a mi las navidades como que me entristecen un poco, y sin embargo me presto al juego de decorar mi casa. Ya os enseñaré alguna foto.

Pero en eso de decorar, la que me gana y ganaría a todas las asiduas es mi madre. Dios mío si cuando entras a su casa te da la sensación que te vas a encontrar con los duendes de papa noel haciendo juguetes.

Lacitos por la escalera, sus replicas antiguas de santa claus, muñecos de nieve, duendes colgados por las paredes.... lo que os cuente es poco.

Y por supuesto... un árbol que quita el hipo. Una obra de ingeniería en el que todos aportamos algo. Mi padre es el técnico en luces, y hasta que no quedan como él quiere no se empieza la decoración (lo que puede llevarnos un par de días) Luego, mis hermanos y yo, simples operarios, sacamos los adornos que guarda escrupulosamente mi madre, una colección que empezó cuando se casó y que cada año ha ido aumentando.

No os creáis que es fácil colocar los dichosos adornitos porque mientras los colgamos tenemos a mi madre amenazándonos, diciéndonos que como le rompamos alguno nos enteramos. Imaginaros que stress.

Y mi madre, pues eso, supervisa todo y pone la guinda final con el espumillon.

Vamos, un árbol exagerao, se ponga mi madre como se ponga. Pero luego, cuando lo veo terminado pienso cómo fueron las navidades de hace dos años en las que no pudimos casi ni ponerlo, y me alegro de que este año esté puesto. Es como la gran tradición navideña de mi casa.

Sí, me entristecen las navidades, pero me encanta pasarlas con mi familia, y con los preparativos previos, en el fondo, me lo paso pipa. Sobre todo cuando luego viene mi sobrina y veo sus ojillos llenos de tanta ilusión.

Bufffff y ahora me toca a mi: De aquí a mañana mi reto será montar el árbol yo solita
Porque rocky no creo que me ayude, aunque luego dará algún lametazo a los adornos que pille, para sacarle brillo, ja ja ja ja ja.

Y hablando de decoración, hoy estrenó fondo navideño. Bueno, más que navideño, invernal. MUCHAS GRACIAS DIABLO, que me ha encantado.

Quién me iba a decir a mi que iba a tener decorado antes el blog que mi propia casa, ja ja ja ja ja ja.

Y vosotros.... CÓMO LLEVAIS LA DECORACIÓN NAVIDEÑA.

Un besito muy fuerte para todos.


miércoles, 2 de diciembre de 2009

EL CUENTO Nº 54 DE LA LUNA OSCURA. EL CUENTO DE LA CORTESANA Y EL ESCULTOR.





Cuento Inspirado en la Película "Kamasutra, a tale of love".

Siempre lo supo la luna.

Una noche con ella, tan sólo una noche, y sus manos no dejaron de esculpir su cuerpo en la fría piedra buscando sentir de nuevo su calor.

Era tan clara la imagen que tenía grabada, que cada uno de sus latidos conseguía acompasarse con los golpes de su cincel, esperando darle la vida para poder besarla de nuevo y absorber su aliento.

Labios de piedra que recorrieron su cuerpo con la experiencia de la mejor cortesana del rey. Y qué dulces fueron aquellos besos comprados. ¿El precio? La condena de su arte de por vida.

Si tan sólo hubiera sabido al aceptar el encargo que tendría que esculpirla a ella, a la niña cuyos ojos nunca logró olvidar viéndola aprendiendo a danzar para convertirse en una esclava del Harem.

Y en su encuentro, aquel cuerpo, que como tierra, gritaba su sexo mientras bailaba acariciando el mismo viento con las campanillas anudadas a sus tobillos. Pero él sólo vio sus ojos y sintió que ardía por dentro.

Si tan sólo lo hubiera sabido...

Odio a todos los hombres que como él la deseaban, y odio al rey por los favores que recibía, y por comprarle para ese trabajo, y la odio a ella, y la amó en cada uno de los momentos en los que iba dibujando el boceto que esculpiría.

Una noche pidió al rey verla bailar en privado para poder inspirarse y el rey le concedió el favor. Bajo la luna, la cortesana danzó para el artista, y él la respiró en cada uno de sus movimientos haciéndola suya, hasta que ella se entregó.

Y la luna siempre lo supo.

Que aquella cortesana que desde que, de nuevo, se encontró con él, con el muchacho que siendo niña se escondía tras las columnas para verla danzar, sintió la vergüenza de ser quien era.

Siempre danzó para él, siempre, y al tenerle de nuevo cerca supo que era aún más esclava del amor que le era negado. Y aún así siguió bailando esperando que él viera por dentro su alma.

Si tan sólo lo hubiera sabido, pero de qué le hubiera valido a ella si simplemente era una cortesana cuya libertad le fue negada desde su nacimiento.

La noche que fue requerida por el rey para bailar sólo para el joven artista lo hizo entregando todo su corazón, sabiendo que aquel sería el único momento en el que podría expresarle que hasta una esclava podía amar.

Y al sentir su aliento se entregó por primera vez en la inocencia recuperada por aquellos besos y aquellas caricias, olvidando su destino, y dando todo de ella.

Sintiendo que la luna les concedería una noche eterna se amaron, desposándose en aquel lecho de por vida, aún sabiendo que todo acabaría al llegar el día que el entregara la estatua.

Cincelando sus últimos segundos, bajo la luz de la eterna, supo que no podría volver a trabajar la piedra si no era para esculpirla de nuevo a ella, y en el último golpe arrojo al suelo la herramienta, y con ella su vida, abandonando aquel lugar para siempre.

Cuando la cortesana vio la estatua en el jardín del harem sintió el amor dibujado en ella y en silencio lloró la despedida de su esposo hasta que fue interrumpida por el rey que exigía sus favores.




viernes, 27 de noviembre de 2009

MI YO Y MI OTRO YO. CADA VEZ HABLO MÁS CONMIGO MISMA. JA JA JA JA.




Ya es viernes, y aunque a mi este fin de semana me toca trabajar (MALDITA SEAAAAAA), hoy más que nunca necesitaba hacer una entrada para reírme, porque hoy el día se me está dando fatal.

Como siempre he pensado que al mal tiempo buena cara, aquí estoy rebanándome los sesos a ver si se me ocurre algo gracioso.

Ahora, NO OS VOY A CONTAR LO QUE ME HA PASADO QUE LUEGO ME LLAMÁIS JUANITA CALAMIDAD, y hoy no estoy para eso, ja ja ja ja ja (ya empiezo a reírme, eso está bien).

Si es que hay días que es mejor no levantarse, incluso semanas, y no me extiendo más que no quiero ser fatalista.

Aunque una nota de dramatismo no viene mal. AY POBRECITA DE MI MISMA, que hoy ni la música me consuela ¿Será que no he elegido la apropiada? Venga Ana ponte una de esas que te pone las pilas.

Síiiiii, de esas que cuando la oyes se te van los pies y te dan ganas de saltar.

Y os prometo que no son las hormonas, aunque haya gente que piense que cuando las mujeres estamos serias siempre es porque estamos hormonoides. Pues no, tampoco han sido ellas las culpables.

Oye y qué me decís lo mal que sienta eso. BUFFFFF, a por vosotros que voy. Sí es que sienta fatal que porque un día lo tengamos mal, haya gente que piense que es porque una está hormonando.

A ver, que os quede claro LO DE LAS HORMONAS SÓLO FUNCIONA CUANDO SOMOS NOSOTRAS LAS QUE LO DECIMOS, si lo dice otra persona lo único que puede pasar es que se la busque.

Es como cuando estás nervioso, aunque no quieras reconocerlo, y te viene alguien por detrás a decir que te tranquilices ¿no os pasa a vosotros?. Es como si esas palabras incendiarán aún más tu estado de nerviosismo.

Ahora que lo pienso a lo mejor el culpable de mi día lo tienen mis nervios. Como mi madre, que siempre que la digo que me duele algo me dice que serán los nervios, Que me duele la cabeza: SERÁN LOS NERVIOS, Que me duele la tripa: SERÁN LOS NERVIOS QUE SE TE HAN AGARRADO A LA TRIPA, y así hasta el infinito. Ja ja ja ja ja ja.

Y es que parece que los nervios y el tiempo sean los culpables de todo.

¿Culpa del tiempo? Pues ahora que lo pienso puede ser, porque siempre me he declarado en contra de los días en los que no aparece el sol. Aunque soy la luna oscura, soy super solar y hoy como que ese chute de energía que siempre me proporciona el astro rey me ha faltado. Vaya día de perros.

Y a falta de sol.... NO, ANA, ESO NO, NO TE ATIBORRES AHORA DE CHOCOLATE, que están las navidades encima y ya tendrás tiempo de hacerlo.

Valeeeee, no lo haré, pero una raja de choricito sí que me como, o de salchichon. Y creo que tengo aceitunas de camporeal. Me voy a preparar un aperitivo que ese sí que va a ser un chute.

Definitivamente van a ser los nervios porque ya hablo sola demasiado conmigo misma. Ja ja ja ja ja.

Y todo por echar la culpa a alguien o a algo, y simplemente no aceptar que hay veces que se tiene un mal día porque sí y que lo mejor es asumirlo de la mejor manera posible y tratar de ponerle quizás un poquito de humor, que para compadecernos ya habrá tiempo y mejores ocasiones.

Zanjada la cuestión, me he decidido ya por la música. Y sí repito tema ¿Por qué? porque me da la gana, ja ja ja ja ja ja ja. Es broma es que esta canción de verdad que me anima mucho.

Y QUE LO SEPÁIS, ME VOY A DUCHAR, ME VOY A PONER GUAPA (claro está en la medida de lo posible) Y ESTA NOCHE ME VOY DE CENA Y A TOMARME ALGUNA COPA, aunque trabaje mañana. SIMPLEMENTE PORQUE YO LO VALGO. Que el mal día lo voy a arreglar yo aunque sea a base de vodkas ja ja ja ja ja ja (espero no arrepentirme mañana).

UN BESITO MUY FUERTE PARA TODOS Y QUE OS DESEO UN FELIZ FIN DE SEMANA.

Os dejo que la ducha me llama.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

UNA ENTRADA UN POCO SERIA. UN CUENTO ACERCA DE LA VIOLENCIA DE GENERO.




Hoy os contaré un cuento muy real.

Hace años hubo dos niñas que eran las mejores amigas.

Tan amigas, que juraron que su amistad duraría toda la vida y más allá de ella. Lo compartían todo y aunque no se veían nada más que los fines de semana y en vacaciones, se escribían cartas en las que se contaban sus secretos.

Esas niñas fueron creciendo y siendo jovencitas una de ellas conoció al amor de su vida. Y la otra, se alegró, porque por eso eran amigas y aunque entendía que la situación había cambiado y había momentos en los que la echaba de menos, aprovechaba el tiempo que pasaba con ella al máximo.

Pero cada vez ese tiempo era más pequeño y cuando estaban los tres juntos la amiga sentía que al novio no le caía bien, sobre todo cuando recordaban momentos que habían vivido juntas y con los que tanto habían disfrutado.

Poco a poco fueron cambiando las cosas y cada vez se veían menos.

Un día, fue a verla a su casa y al ver que no estaba su novio con ella la invito a que salieran a tomar algo. Pero la amiga le dijo que no, que si se enteraba su novio se enfadaría.

La amiga no lo entendía y trataba de hacerla ver que ella tenía que vivir por ella y no por él. Pero hasta su familia en esto apoyaba al novio. ¿Qué queréis que os diga? Una familia un tanto a la antigua.

No se cuántos fines de semana la amiga fue a buscarla, estando su novio o no, para salir a dar un paseo, o para hablar simplemente, pero la respuesta siempre era no.

Hasta que un día le preguntó a su amiga por qué no le caía bien a su novio porque estaba claro que esa era la razón, y ella le respondió que él no podía soportar pensar que habían pasado momentos felices en los que él no estuviera, que sentía miedo de que pudiera cambiarla y que por ello le había hecho prácticamente prometer que si quería seguir con él no podría verla, si no estaba él presente.

Cuántos días lloró la amiga al sentir que esa amistad tan bonita se moría.

Pasaron algunos años y aunque, cuando se veían siempre, se saludaban, la confianza que tanto las había unido había desaparecido. Sólo quedaba el cariño de un recuerdo de infancia.

Pero una tarde se encontraron las dos. El novio no estaba y disfrutaron de unas horas recordando buenos momentos. Hasta que surgió el tema del por qué todo había cambiado entre ellas y llegaron las confesiones.

En un momento, la amiga, con miedo, le confeso que su novio era muy celoso, y, aún no entiendo el por qué, llorando la relató como hacía un tiempo le había pegado una paliza porque le había visto hablando con un amigo de toda la vida.

Pensé de todo al ver a mi amiga, ahí delante de mi, sintiendo cómo necesitaba contárselo a alguien, y me ofrecí a ayudarla a ir a su casa, hablar con sus padres, incluso denunciarle... Pero al tiempo de enfrentarla a su miedo, ella sintió aún más y me quiso hacer jurar no decírselo a nadie porque ella lo quería y no podía dejarle. Además él le había prometido no volver a pegarla, y llevaba tiempo que no lo había vuelto a hacer.

Dios mío, según contaba ella, le había tirado al suelo y le había dado patadas en la espalda y en la tripa. Y al levantarla la dijo que sólo ella tenía la culpa. ¿Eso era amor?

Aquella noche no dormí, y no podía parar de llorar. Recuerdo que al despertar se lo conté a mis padres para ver si me podían ayudar porque no podía consentir lo que le estaba pasando a mi querida amiga, y mis padres me dijeron que si ella no quería dejarle no podrían hacer nada, pues tampoco habían sido testigos de nada.

Después de hablar con ellos, decidí ir a su casa a hablar de nuevo con ella, dispuesta a si era necesario decírselo a sus padres, pero al llegar ella lo negó, diciéndome que tampoco era para tanto y que quizás lo había exagerado.

Recuerdo que su madre escuchó la conversación y me echó muy educadamente de su casa, diciéndome que había mujeres que a lo mejor podían permitirse el lujo de perder el tiempo en estudiar una carrera, pero que su hija era ya una mujer que pronto se casaría y que no tendría tiempo para jugar con chicas que no pensaban como ella.

Yo, tenía diecinueve años y ella dieciocho.

Antes de irme la dije "Siempre estaré para lo que necesites", pero después de ese día ni siquiera volvimos a compartir recuerdos.

Se casó con él, y todavía está casada. No me invitó a la boda.

A veces pienso en ella y quiero creer que les va todo bien y que aquello no volvió a repetirse, aunque en mi mente sí se ha quedado grabado. ¿Tenía que haber hecho algo más? ¿Qué podía haber hecho?. Quizás si su entorno hubiera sido otro todo hubiera sido diferente.

Cuando nos vemos, nos damos dos besos, pero nada nunca volvió a ser igual. Creo que siempre se ha arrepentido de habermelo contado.

SIENTO HABER ROTO MI PROMESA DE NO CONTARLO.

ANTE EL (LA) MALTRATADOR (MALTRATADORA), TOLERANCIA CERO




jueves, 19 de noviembre de 2009

EL CUENTO Nº53 DE LA LUNA OSCURA. EL ESCRITOR DE SUEÑOS



(Imagen tomada prestada de Bett Ilustraciones)


Aquella noche la luna inició su viaje como cada día.

Y en su velar, sintió una sensación extraña, un vacío casi frío y el silencio en los sueños de los niños.

Quiso cerciorarse y visitó casa por casa, pero ninguno, ni siquiera el más pequeño soñaba. Y lo curioso era que dormían.

Recordó, entonces, que tiempo atrás algo parecido ya había sucedido, y con decisión elevó su vuelo hasta las fronteras de su cielo, donde desprendiéndose de su esfera de luz, caminó hasta la torre de los sueños.

Subió peldaño a peldaño por las diferentes plantas, tratando de no escuchar más que sus pensamientos y de no ver más allá de donde ponía sus pies, para no quedar atrapada.

Hasta que, por fin, llegó al final, y vio una puerta, y tras ella una pequeña sala rodeada de ventanales desde los que se podían contemplar todas las estrellas, y en el centro una mesa enorme llena de montones de papeles, tras los que se escondía el viejo escritor de sueños, que al verla aparecer rió burlón.

"Esta vez no lo conseguirás luna, pues he decidido darme un descanso y ni tú ni nadie me haréis cambiar de opinión. No pasará nada si los niños no sueñan un día".

Hacía mucho tiempo que no le veía, pero no había cambiado, y la luna recordando el mal genio que tenía, le sonrió con la mejor de sus sonrisas y trató de halagarle recordándole lo importante que era su misión. Si él no escribía esos sueños, los niños nunca aprenderían a soñar por si mismos.

Pero la rabieta del escritor no cedía, ni siquiera ante la belleza de la dama blanca que tantas veces había sido su inspiración cuando escribía y la contemplaba a través de esos ventanales.

"Sólo una noche pido ¿tan grave puede ser eso? No. He dicho que no. Hoy los niños no soñarán".

Y mientras pronunciaba esas palabras de una forma tan rotunda, hasta ellos llegó el llanto de un recién nacido, y la torre se tambaleó.

La luna quiso entonces hacerle comprender qué pasaría con aquel niño ¿Le negaría su primer sueño? Quizás después de ese día ya no querría soñar. ¿Qué sería de él sin una vida llena de sueños?.

Pero, aunque el semblante del viejo gruñón se había ablandado algo, siguió repitiendo "No. Esta noche no habrá sueños".

Y, de nuevo, se oyó el llanto del niño, más fuerte. tan fuerte que los niños que dormían comenzaron a despertarse y a llorar también, haciendo temblar todavía más la torre. Tanto que los cristales de aquellos ventanales comenzarón a romperse haciendo entrar más el sonido.

La noche se llenó de los gritos de esos pequeños y la desesperación de los padres que no consegían dormir a sus hijos.

Y la luna, nuestra luna, sintiendo que esa noche se desquebrajaba suplicó al escritor, ofreciéndole su sueño a cambio de que comenzara a escribir.

"Una vez ya me entregaste un sueño, aunque no recuerdes cuál, y con él alimente la mitad de mis noches. Si hoy me regalas otro, dejarás de soñar con la vida. ¿Estarías dispuesta a este sacrificio?".

Y sin pensarlo respondió que sí.

El viejo escritor, entonces, emitiendo un largo suspiro de alivio, comenzó a escribir sonriendo, y los llantos de los niños se fueron apagando hasta que su silencio devolvió la calma a la noche, y ésta se lleno de sueños.

Mientras la luna, sin despedirse del viejo escritor, comenzó a descender por la torre, oyó su voz "Duerme tranquila dama blanca, y sigue soñando, que tus sueños son demasiado hermosos aunque a veces creas que te duele la vida. Pero antes de irte, escucha: los niños sueñan al principio mis sueños hasta que los hago soñar con la luna, y hoy estuviste mucho rato desaparecida, así que vuelve corriendo a tu cielo, que el primer niño lloró por mi y despertó a los demás que, al sentir que les faltaba tu luz lloraron cada vez más. Así que vuelve corriendo, mi luna, que todavía alguno se puede despertar".

Sonriendo la luna volvió a vestirse con su esfera blanca y continuó entonces su viaje, en el que el velar de los sueños de los niños endulzaba siempre la pena por haber perdido un sueño.

martes, 17 de noviembre de 2009

EL CUENTO Nº52 DE LA LUNA OSCURA. EL CUENTO DE LA MUSA.





En una noche una musa sintió que no podía ser más inspiración, y que su soplo de magia se agotaba porque su artista había dejado de creer en ella.

Mientras se dirigía a su arroyo, recordaba con nostalgia su nacimiento y como su primer respirar le condujo hasta él, quién sin saberlo la había invocado.

Al tenerle de frente sintió tanta ternura en su interior que rápidamente supo cuál era su destino. Lograr que su sueño de sentirse escritor se cumpliera.

Así que cada noche abandonaba aquel arroyo y oculta en los rayos de la luna le visitaba hasta que llegaba el amanecer.

En la primera le acarició y de su mano brotaron hermosas frases. En la segunda, se acurruco a los pies de su cama, velando su sueño, y al despertar escribió un cuento. Y en la tercera le amó y él comenzó su poesía, y ya no pudo dejar de amarle, pues sus palabras eran demasiado bellas.

Muchas veces quiso creer que él sabía que estaba a su lado, que vivía por él, pero como buena musa no podía mostrarse, tan sólo podía amarle en un silencio y en su soplo lleno de amor.

Alimentándose de su poesía fue feliz, sin saber que precisamente la felicidad propia le estaba negada a las musas.

Aún así le siguió amando, hasta que con el tiempo aquel joven escritor fue cogiendo confianza en si mismo y comenzó a inspirarse sin necesidad de aquel soplo que a veces sentía. Unas veces lo hacía contemplando la luna, otras escuchando el rumor de aquel arroyo cercano, y otras tantas soñando con el amor que no llegaba.

Y sin saberlo fue matando la magia de la musa, hasta que esa noche quedo agotada en un intento, en una despedida, pero él no dejaba de escribir.

De camino a ese arroyo quiso aceptar su destino, y antes de sumergirse en sus aguas, se separo de esa luz que cada noche la había acompañado, con una honda tristeza.

Y la luna al sentir el dolor de aquella pequeña musa la beso en la frente deseándola un sueño hermoso, porque la luna sabía que volvería a despertar. De hecho ya había sido testigo de su nacimiento muchas noches, aunque ella no lo recordaba.

Pues no sólo el amor le era negado a las musas, también la memoria, para evitar su sufrimiento.

Aquella musa, dormida en la tristeza de un imposible, volvería a nacer para amar e inspirar, pero sus recuerdos, sus recuerdos quedarían ocultos en los rayos de la luna.