Una vez, siendo niña, sentí la soledad de su resplandor, aquel brillo perdido en la inmensa oscuridad, sólo quebrada por el leve fulgor de las estrellas, sus eternas compañeras. Aunque nunca negué su belleza, no pude evitarlo, me compadecí tanto de aquel extraño destierro que en mi inocencia, fui haciendo mío y me imaginé que era una mujer...

martes, 10 de noviembre de 2009

EL CUENTO Nº51 DE LA LUNA OSCURA. UNA NOCHE DE SILENCIOS ROTOS.




A pesar del frio, aquella noche el cielo amaneció en la tranquilidad, y la luna, al despertar, respiro hondamente llenándose de ese silencio que tanto le gustaba.

A su alrededor todo parecía estar dormido, incluso las estrellas. Pero a pesar de aquella quietud sintió que al igual que ella alguien se encontraba más allá de las luces que la rodeaban, y al acercarse a la gran ciudad descubrió a aquella mujer rubia de melena ligeramente ondulada, que vestida de negro, contemplaba el horizonte, desde la terraza de su piso, con la mirada perdida, mientras fumaba pausadamente.

Al mirarla a los ojos sintió un abismo casi gélido y no pudo evitar acercarse aún más a ella.

Y al alcanzarla, inspirada por la ternura que siempre la producía el dolor, la abrazó con su luz hasta que atravesó su oscuridad y logró escuchar los latidos de un alma que pugnaba por salir.

“He vivido en la incomprensión de mi tiempo, condenando las palabras de mi corazón a un silencio en el que aprendí a vivir utilizando un lenguaje que a nadie asustara, y soñando entre los espacios de las palabras nuevas.

Me convertí en la perfección de la mentira de mi vida por miedo a hacer daño a los que un día me quisieron sin saber realmente quién era.

Y hasta yo me creí mi engaño, y dejé de sufrir por mi encerrándome aún más en una vida que no era la mía, en un cuerpo que ha sido mi prisión.

No puedo evitar odiarme por ser la cobardía.

Hoy la enterraron. Enterraron a mi amiga, a mi amor, a mi todo. Y no fui capaz de gritarlo, de llorarlo para que el mundo se enterara, ni cuando la tierra cubría la madera clamando más que yo.

Miedo, siempre fue miedo.

Al conocerla pensé que todo cambiaría, que ella había conseguido llegar hasta donde mi verdadero yo se ocultaba. Pero al descubrirlo vi ese miedo en sus ojos, y seguí mintiendo para no perderla.

Incluso en su último lecho no fui capaz de mostrarle mi verdad.

Hoy la enterraron. Enterraron a mi amiga, a mi amor, a mi todo. Y no fui capaz de rebelarme ante su muerte para gritarle que fue lo mejor de mi vida, mi único sueño”.

Y la luna oyéndola la abrazó más fuerte aún hasta que sintió que de sus ojos brotaron lagrimas más brillantes que ella misma.

Con sus mejillas humedecidas por el dolor, la mujer miró aquella luna que en esa noche parecía escucharle y perdiéndose en su luz gritó con todas sus fuerzas su amor prohibido abriendo la herida que había portado desde su nacimiento.

El cigarro se había consumido, y mientras secaba con sus manos sus propias lágrimas volvió al interior de su piso.

Mientras la luna veía como se alejaba aquella mujer, supo que el tiempo de la mentira había acabado, y se alegro por ella y por haber roto el silencio.

“Quizás algún día escucharía de nuevo su amor, pero aquella noche dejaría que siguiera llorando”


7 comentarios:

  1. Hola cielo que maravilla de cuento me gusto muchisimo
    un beso

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  2. Ser como realmente eres, sin miedo a nada es complicado a veces. Pero necesario.

    Vivir eligiendo tu camino no es elección para todas las personas y eso debería ser posible siempre.

    Me ha encantado el texto y el mensaje.

    Abrazos.

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  3. ANA: tu cuento 51 no es un cuento. Es una realidad desgraciadamente frecuente. Si quieres titularlo como cuento para poder hacer intervenir a tu luna, vale, pero no lo es.
    Como todos me ha gustado un monton, que diria un castizo.

    Un beso

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  4. Las mentiras... qué triste mentirse a uno mismo. Como decían arriba: es una realidad, así es, y conozco tantos casos... casi todos ocultos por el miedo al "qué dirán". Hay tantos y tan grandes amores que no pueden salir a la luz...
    Al menos al final la protagonista consigue despojarse, aunque sea entre lágrimas, de ese tiempo de vivir en la mentira...

    Muchísimos besos, preciosa, y gracias por todo. Ya te cuento en otro momento. Muaks!

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  5. Hay silencios q hay q romper para estar libres... las lagrimas son buena tactica! :)
    Un beso grande amigaaaaa

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  6. Un relato muy valiente compi!!!...Y narrado con mucha sutileza... ARTISTAAAAAAAAA!!!!...

    BESAZOS Alo...

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  7. Un relato estremecedor y muy real.
    El final no podía ser de otra manera.
    A veces las mentiras nos hacen perder lo que mas queremos.

    Un abrazo.

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Antes de nada: gracias.