Aquella noche,como todas las noches, y a estas alturas ya lo sabéis, la luna despertó y comenzó su viaje.
Llenándose del olor de la hierbabuena y de los jazmines, oyó la risa de dos niños que atravesaban un campo sin tener miedo de esa luz que les había descubierto.
Cuánta emoción se sentía en sus caras. Su primera aventura, la travesura más perfecta de la inocencia. Amistad pura que los convertía en hermanos, y que siempre evocarían.
Y en su carrera, el aliento de la vida que llenaba la noche de sonrisas dulces de infancia, acallando cualquier peligro, porque en esa noche, sin ellos saberlo, la dama blanca velaría su hazaña.
Al llegar a una pequeña casa, el silencio y la emoción contenida en aquella ventana adornada de gitanillas que escondían los secretos que esos niños comenzaban a soñar.
Tras el cristal, ella, fresca y lozana, con el pelo suelto acariciando sus hombros. Aquellos cabellos que siempre habían visto recogidos en un moño ordenado, tras el escritorio de la maestra, y que en esa noche la convertían en la mujer más hermosa que ellos ya habían adivinado cuando les hablaba de poesía.
Su color, negro, para que su amiga cómplice regalara un brillo a esos rizos, que sólo en la noche se sentían libres. Unos reflejos que recordarían siempre, como aquel camisón color beige que marcaba aquel contorno, dibujando unos senos y unas caderas que produjeron su sonrojo.
Y el candor de aquellos niños se lleno de color.
Un suspiro se escapó de sus labios mientras leía la pasión que esperaba sentir, produciendo un sobresalto en los dos mozalbetes.
Y la luna, nuestra luna, no pudo encubrirlos cuando la joven maestra se dirigió a la ventana, y tras ella vio correr a los niños.
De nuevo, el silencio de la noche se lleno de sus risas.
Lejos de enfadarse, la joven contempló a la luna, y ambas sonrieron, mientras el halago y la ternura se escapaban de sus bocas.
Felicidades escritora de los cuentos
ResponderEliminarQue sería este medio sin ti?
cálido abrazo
Estaba en la terraza intentando sacar alguna foto digna, a esa luna llena que se asomaba trás las montañas...lo siento, pero ella siempre me puede.
ResponderEliminarQue hermoso relato nos regalas, lo visualizaba con sus detalles (olor a hierbabuena) conforme avanzaba en la lectura. Y esa sonrisa cómplice compartida por la maestra y la luna, un broche final cinematográfico.
Un auténtico placer el leerte, Ana!
Besos miles!
Excelente, me quedo con el candor del color que de los ninos..
ResponderEliminarUn gusto siempre leerte
Un Abrazo con mis
Saludos fraternos de siempre
Que tengas una semana estupenda...
Siempres consigues encandilarme y alegrarme con tus bellos cuentos, amiga.
ResponderEliminarBesos...!
Hola cielo que bello cuento un placer leerte
ResponderEliminarun beso y feliz semana
Qué bello cuento y si se hiciera realidad más bello aún!!
ResponderEliminarBesos y buen comienzo de semana mi niña
Noe
Me ha maravillado este relato.
ResponderEliminarHoy un nuevo elemento ha entrado en tus cuentos: la infancia con los elementos que esta conlleva, sueños e ilusiones, travesura e indecisión, despertar de los sentidos por impulsos que antes no habían surjidos...
Y que un pequeño escrito mio haya podido inspirar esta joya tuya me enorgullece y halaga haciendo que lo sienta un poco mío esta vez,... es broma mujer, tuyo es el mérito de este escrito y yo el que lo disfruto tan solo.
Esta tarde publicaré en 'Escritos isleños' seguramente, pasate que luego se te acumula el trabajo...
Cuidate.¡Que tengas una feliz semana! Y...no trabajes tanto, que últimamente te echamos durante dias de menos. Espero que se acabaran los turnos de noche.
¡BESOTE ENORME!
Precioso este cuento como siempre con mucha sensibilidad y dulzura.
ResponderEliminarCon cariño
Mari
Muy dulce y bonito cuento, podría hacerse realidad y sería maravilloso, da gusto leerte de verdad.
ResponderEliminarUn besito guapisima
Ana, vos sois sol y luna, la niña que embruja con sus cuentos de luna.
ResponderEliminarAbrazo sincero
Ay amiga, cuanto te inspira y te conmueve, parecerìa que debiera repetirse, pero siempre le encuentras un nuevo àngulo...
ResponderEliminarte envìo un abrazo
Ana: A pesar del tiempo transcurrido desde mi adolescencia, soy capaz de adentrarme en el corazón de esa pareja corriendo bajo la luz de tu luna. Ese sentimiento, no tan novelado pero más real, lo hemos tenido muchos de los que ahora leemos tu relato. En nuestras vacaciones veraniegas, en nuestros viajes de colonias, en aquel pueblo donde experimentamos nuestros primeros deseos sexuales.
ResponderEliminarTe felicito una vez más por tu entrada.
Un beso
Puedo yo unirme a la contemplación tmb en este cuento? me encantooo :)
ResponderEliminarun beso!!