Todavía conservo aquella flor, con ella cree un filtro aunque nunca más lo
utilicé…
Hoy en mi sueño tramaré de nuevo un
engaño envuelto en la fragancia. Tomaré aquella violeta que tantas veces
sostuve delicadamente entre mis dedos y sin remordimiento la deshojaré de
nuevo.
En mi confesión limpia y sincera me
desharé por fin de la máscara que en mí, a veces, se tiñó de purpura en su espera.
Mi querido Rafael, ella era el más
perfecto violeta, pero hasta que no derramé sus lágrimas y las hice mías, no lo entendí.
Han pasado años y todavía me
emociono.
Mi querida Esther, cuánto sufrí tu
muerte y cuánto ese amor cuyos versos desgarraron mi alma y mis letras.
Todo lo que fui antes, dejó de importar y hasta que no lo acepté no
nací de nuevo en aquel legado compartido.
“Por fin, en la soledad de su
dormitorio impregnado de honda quietud contempló a través de la ventana, como
la luna la esperaba paciente para atender la última confesión de su alma y
mientras Esther le evocaba con intensas lágrimas de vida, fue desvaneciéndose
en aquel sueño de amor comprendiendo así con su esencia sus propias palabras.”
Hombreeeeeeeeee!!!!!! esta es otra luna, me gusta. Bona nit compañera.
ResponderEliminar¡Que preciosidad de texto! Gracias por permitirme deleitrme y recrearme en tan bellas palabras que no logran ser empañadas por la tristeza de su contenido.
ResponderEliminarMis saludos cordiales
Muchas felicidades Ana. Que la inspiración no te abandone, genia de la lámpara.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo que se extiende por todo el 2013
Era un día soleado después de casi dos semanas de tormentas y lluvias. El tren llegó puntual, sin retardo. En el anden apenas aguardaban un puñado de negras desdichas cuando se calmó el balanceo de ruedas. Abrieron las puertas. No hubo júbilo por el ansiado encuentro. Una sospecha inverosímil tamizaba el aire fresco, casi primaveral, pero falto de la alegría soñada. Entre besuqueo, abrazos y otras congratulaciones… faltaba Ella. Me sentí, confieso, desdichado en aquel momento. ¿Era posible el olvido tras poco mas de dos meses de ausencia? Mi alegría era puro gesto ensayado, mi único beso, el autentico, se consumía en mi pecho. Mis labios, mi lengua se resecaban con tanta palabrería inútil. Mis anhelos eran simples, renovar el perfume que en mi memoria quiso disiparse.
ResponderEliminarSiempre a su servicio, bella DAMA.
¡BESOTE!
Era un día soleado después de casi dos semanas de tormentas y lluvias. El tren llegó puntual, sin retardo. En el anden apenas aguardaban un puñado de negras desdichas cuando se calmó el balanceo de ruedas. Abrienronse las puertas. No hubo júbilo por el ansiado encuentro. Una sospecha inverosimil tamizaba el aire fresco, casi primaveral, pero falto de la alegría soñada. Entre besuqueos, abrazos y otras congratulaciones… faltaba Ella. Me sentí, confieso, desdichado en aquel momento. ¿Era posible el olvido tras poco mas de dos meses de ausencia? Mi alegria era puro gesto ensayado, mi único beso, el autentico, se consumia en mi pecho. Mis labios, mi lengua se resecaban con tanta palabreria inutil. Mis anhelos eran simples, renovar el perfume que en mi memoria quiso disiparse.
ResponderEliminarHola :
ResponderEliminarMe llamo Jimena San Martín soy administradora de un sitio web. Tengo que decir que me ha gustado su página y le felicito por hacer un buen trabajo. Por ello me encantaría contar con tu sitio en mi web, consiguiendo que mis visitantes entren también en su web.
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Jimena San Martín